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🄳🄾🄲🄴

Langa, su madre Nanako y entrenador Adam, habrían vuelto a Canadá.
Ese mismo día Tadashi y Shadow volvían a Estados Unidos.
Los fueron a dejar al aeropuerto, mientras Reki y Langa se despedían un tanto apartados del resto.

- Espérame Reki, juro que vendré - ambos chocaron su puño cómo símbolo de la promesa.

- Lo haré - Langa besó tiernamente al pelirrojo.

Habían pasado dos meses desde qué Langa había regresado a su país natal.

Esos dos meses habían sido duros para la familia Kyan, la abuela ayudaba con el cuidado de las gemelas y Koyomi y Reki ayudaban con el orden y limpieza de la casa mientras Masae trabajaba.

Pero el hecho de que Langa no estuviera, no significaba que no estos dos no hablaran, al contrario, si bien hablaban por WhatsApp todo el día, querían escuchar la voz del otro y se llamaban una vez al día.

- Mi mamá ya pidió el traslado y se lo aceptaron, sólo estoy esperando mi visa, ya que por ser mitad japonés puedo tener la nacionalidad fácilmente - le contó Langa emocionado.

- Genial Langa, en mi preparatoria ya te conocen, cómo te vieron en televisión siempre preguntan por ti.

- ¿Entonces seré popular cuándo llegue?

- Puede ser, pero yo soy más popular, él número uno.

- Para mi, ya eres el número uno - dijo Langa tímidamente.

- Pero que cosas dices jajaja - Reki se había sonrojado.

Alguien golpeó la puerta, a los segundo su hermana tocó la puesta.

- ¿Qué sucede? - preguntó Reki.

- Hermano, hay unos hombres en la puerta y dicen que quieren hablar contigo - Koyomi estaba en la puerta y las gemelas estaban detrás de ella.

- ¿Conmigo? Qué extraño... Langa te llamo después - Reki cortó la llamada y fue donde los hombres.

- ¿Hablabas con tu novio? - Koyomi no paraba de molestarlo desde el día del funeral.