Capitulo 37

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Narrador

A la mañana siguiente las cosas volvieron a la normalidad.

La única hostilidad en el ambiente pertenecía al dueño de la mansión, pero eso era algo común.

Pasado el desayuno, los tres invitados se retiraron a sus hogares con la promesa de visitarlos pronto. Mientras que (t/n) y Ciel tomaban caminos distintos dentro de la mansión; uno tenía trabajo pendiente, y la otra se había proclamado maestra de Snake. Aprovechando que mientras el muchacho estudiaba, ella se tomaría el tiempo de investigar sobre su primer sospechoso...

"Aleister Chamber"

A su opinión, un hombre que se ahogaba en lujos y fiestas no sería difícil de encontrar. Sin embargo, no era que (t/n) tuviera mucha influencia en la sociedad burguesa; pero los del barrio bajo también saben sobre esas cosas, ¿no? Y vaya que tenía influencias en el bajo mundo; gracias a esto había podido ayudar muchas veces a Ciel, solo que este no tenía idea de sus conexiones.

Snake: ¿Estás bien, Rose? -llamó su atención con voz grave- dice Oscar -susurró.

Por más que le insistía, el muchacho se negaba a llamarla por su nombre, al igual con Ciel y Sebastian; aún así, era algo que no le molestaba, de hecho le precia tierno. (t/n) no creía ser capaz de expresar cuánto adoraba a ese chico. Aunque aveces solía comportarse indiferente y tímido frente al resto, al estar con su 'maestra' parecía un niño pequeño que le mostraba a su madre la estrellita que había obtenido en la escuela. Eso sin duda era una de las cosas favoritas de (t/n).

—Estoy bien. No tienes de qué preocuparte -palmeó su cabeza- ¿Cómo va tu redacción? -tomó asiento a su lado.

Snake: Aún olvida las palabras, ¡nosotros le ayudaremos!... Dice Emily -susurró.

La tierna serpiente bajó de su amigo, para luego trepar por la silla y enredarse sobre la manga de su vestido, hasta llegar a su mejilla donde dejó un suave picoteo similar a un besito.

Dejándolo nuevamente solo, concentrándose en su vocabulario; buscó entre los archivos de la biblioteca donde ahora estudiaban. Entre ellos, había uno que parecía ser de hace no más de un año. Según el informe, el vizconde Druitt había estado involucrado en el secuestro y tráfico de jóvenes damas para el mercado negro. Ciel se había infiltrado y detenido al vizconde, quien al parecer sólo recibió una reprimenda y fue dejado en libertad con una pequeña multa, ¡agh! burgueses.

Más tarde, después de ocuparse de Snake y ayudar al resto de sirvientes de la mansión, tomó un bello caballo de pelo negro, y después de avisarle a Finny que saldría y que por favor le avisara a Ciel, salió con rapidez hasta los barrios bajos de Inglaterra.

Había que ser extremadamente cuidadoso al visitar esos lugares, por lo que, previniendo algún problema, dejó el caballo al cuidado de un establo local, pagó al cuidador prometiendo volver por el corcel. Teniendo que caminar el resto del camino hasta su destino.

Definitivamente, una de las cosas que más odiaba era ser mujer, en los barrios bajos, y que la persona que te aloja en su mansión te compre ropa cara. Ya eran tres veces que tenía que golpear a un sujeto por querer propasarse con ella o por querer robarle, a pesar de no traer joyas o mucho dinero.

El aire era intoxicante. Todo apestaba a alcohol, drogas, y uno que otro cadáver pudriéndose en la acera. El humo denso apenas permitía ver más allá de tu nariz, y hacía arder los ojos.

Rosa negra •Ciel Phantomhive x Lectora•Where stories live. Discover now