𝐃𝐎𝐒

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UN NUEVO DÍA amaneció en Dark Town y Bleddy seguía sin aparecer, la manada estaba preocupada pues nadie sabía nada de él desde hace días

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UN NUEVO DÍA amaneció en Dark Town y Bleddy seguía sin aparecer, la manada estaba preocupada pues nadie sabía nada de él desde hace días.

Mila tomó la decisión de ir a buscarle a la ciudad.

Deambulaba por las calles en busca de él, rastreando su olor sin existo entre el mar de humanos en un ciudad enorme, intento hacer la misma ruta que el hombre hbaia hecho cuando huía del policía pero sin haber estado allí ella misma le era difícil.

Estuvo a punto de rendirse por ese día, pasaron horas y Mila no lo encontraba cuando el olor a vampiro le inundó las fosas nasales.

— Solo hay dos razones para que sigan aquí, o harán otra masacre o buscan a Bleddyn— pensó asi que decidió seguir el olor hasta llegar a la parte de atrás de una casa de madera de Arce color rojo.

Asena se encontraba en las sombrías calles de Dark Town, volvía del trabajo y su chiche se había descompuesto a tres calles más atras. Al llegar a casa escucho gemidos de dolor detras de la casa del vecino quien esta semana estaba de vacaciones. Decidida a ir a ver que pasaba rodeo toda la casa hasta llegar al jardín. Allí se encontraban uno de los chicos que entró a la casa del terror y la chica que la siguió para devolver una cartera que no era suya.

La chica se encontraba mal herida, con algunos rasguños en el hombro poco profundos, su cara no describia que sintiese dolor a su lado se encontraba el hombre con grandes heridas por las que podía verse hasta sus huesos, su rostro se contorciono en una mueca de dolor.

—Ayudanos— la mujer pidió

—¿Quiénes son?— derrepente el hombre se retorció en el suelo y soltó un grito parecido más a un gruñido, la mujer lo presionó hacia abajo susurrandole algo al oído.

— Nos asaltaron, por favor ayúdanos, está muy herido—

— Debemos llevarlo al hospital —

—¡No!— la mujer interrumpió a Asena— No contamos con dinero para pagar la atención médica

Eso no era algo anormal, muchas personas preferían atenderse ellos mismos a gastar una gran suma de dinero en médicos particulares.

— Bien, llevemosla a mi casa— ayudó a la mujer a levantar al hombre apoyando sus brazos en los hombros.

Creyó que lo mejor sería llamar a su madre y su hermano, su madre había sido enfermera en sus años jóvenes, su hermano la traería, le había pedido que trajera su equipo de primeros auxilios más no le había dado mayor información, una vez llegaron los hizo pasar a l ahbaitacion donde el hombre estaba siendo sostenido por la mujer desconocida.

—Mamá, Edon ellos son...en realidad no se quienes son, me los he encontrado en el jardín de casa heridos, no podían pagar un médico así que creí que podrías ayudarlos mamá comenzó Asena

OSCURIDAD Y PELIGROWhere stories live. Discover now