·-Invitados-·/Capitulo 5/-

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—Ehm, chicas, necesito ir al baño, es muy urgente.—Dije, algo nerviosa pues la cara de Lucia lo decía todo, no me creía.

—¿Justo ahora, Ray?—Preguntó Lucia con la ceja derecha levantada.

—Si... ¡es muy urgente!—Grité levemente, para expresarle mis ganas de ir al baño.

—Está bien, está bien, pero guarda silencio, ve a gatas escondiéndote detrás de los muebles, ¿Si? que no te vean, por favor.—Lucia se veía muy preocupada, pero me abrió la puerta, y al yo salir de la habitación ella la cerró con seguro.

—Bueno, lo siento Lucia, pero debo hacer esto—Pensé, mientras que iba a hurtadillas, observando a los invitados de Samuel, dios, se me caía la baba de tan solo verlos, eran guapísimos.

Me escondí detrás del sofá y observé desde la esquina de este, a sus invitados, eran 4 chicos, uno de ellos era pelirrojo, ojos negros y con un rostro delgado y delicado que te daban ganas de hacerle un retrato y colgarlo en tu cuarto. El invitado que se encontraba al lado del pelirrojo me llamó la atención, tenía el pelo blanco (supongo que blanco tintado) y ojos azules.

El que estaba al lado del peli blanco, daba una vibra de fuck boy, no os voy a mentir, tenía la camisa desabrochada y hasta el cinturón también estaba algo desabrochado, tenía el pelo revuelto y una mirada bastante pícara. 

El último de los invitados, tenía el pelo negro, unas gafas delicadas y era algo bastante más alto que el resto, su altura y mirada imponían autoridad.

—Dios, que es esto, ¿Un reencuentro de chicos guapos para ver quien es el ganador de un concurso de belleza masculino?—Pensé entre alguna que otra risita hacia mi pensamiento.

—¿Habéis escuchado eso chicos?—Dijo el peli blanco.

—Si, yo también lo escuché Ryan.—El peli rojo miró fijamente a Samuel.

—¿Quién es, Samuel?—Preguntó el fuck boy.

—Oh, eh. Será algún animal o algo, ni te preocupes Alex—Samuel se veía nervioso, pero vi su puño apretarse con tanta fuerza que me dio a entender que estaba furioso.

—Mierda, misión fallida, mejor me vuelvo.—Pensé nerviosa, y cuando me di la vuelta para comenzar a emprender el camino a gatas hacia el cuarto en donde estaban las demás, choqué contra las piernas de alguien, miré arriba y si, era Samuel.

*Narra Samuel*

En cuanto escuché esa suave risa, supe inmediatamente que era Ray, pues mis chicas estaban bien entrenadas como para hacer algo de ruido sabiendo que hay visitas.

—Darme un momento, ¿Si? Iré a sacar al animal de aquí.—Y tan rápido como dije eso, aparecí de un momento a otro detrás de Ray. Estaba furioso, y ella lo sabía.

—¿No te dijeron que no me gustaba que ningún invitado viera a mis chicas?—Pregunté agachándome pues ella se encontraba en ese momento a cuatro patas, en cuanto me agaché delante de ella, agachó su cabeza sumisamente ante mi. Dios, como me pone que haga eso. 

—¿Ella era el animal, hermanito?—Dijo Alex, echando una mirada de arriba hacia abajo muy lentamente a mi sumisa. En ese momento quería arrancar sus ojos. 

—Eh, tsk, Ray, él es Alex, hermano, ella es Ray, mi sumisa.—Les presenté con molestia, Alex se rio pues notaba la molestia de mis palabras.

—O mía Samuel. ¿Para eso estamos, no?—Alex tenía razón. Ellos vinieron en nombre de mi padre a arrebatarme a mis sumisas, no le gustó la idea de que tuviera a más de una, y ahora querían arrebatármelas. 

Esclava del dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora