Capitulo 3

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Fue una semana jodida, apenas pude hablar con el grupo, apenas me miraron, ya era viernes me sentía como un escupitajo en el suelo, me odiaba tanto.

- ya cuéntame! Quien te dio esos aretes!?- dijo chica1, que estaba hablando en voz alta con su compañera de banco, sus otras amigas se veían interesadas.

-Ya te lo dije! Los compre yo sola con mi dinero- dijo la chica2 en voz alta para que las chismosas de sus amigas la escucharan claro.

-Tu no tienes el dinero para comprarte algo así! Tu familia esta con deudas! Y no tienes tiempo para tener un trabajo de medio tiempo con todos tus clubes- dijo en un tono algo indignado la chica1

-Bueno, estuve teniendo citas, me veo con gente y me ¡No es lo que crees! - grito la chica2 al ver a su amiga a punto de decir lo que todos suponían- Solo son citas! Buscan mi compañía  yo les doy eso y nada más!- las chicas se quedaron en silencio, una completa anomalía.

-y... y donde conseguiste tu cita- dijo la chica1, en ese momento me voltie a verlas por 3 segundos y vi como 5 chicas estaban mirando de forma muy atenta a la chica2.

-Bueno, simplemente encontré el anuncio en Internet, la página de citas se llama...-
Por primera vez estaban hablando de forma silenciosa y discreta, intente estirarme un poco para escuchar bien y capte el nombre de la página web.
Las chicas dieron una risa chillona y el receso terminó.

Saliendo de clases el nombre de la página web daba vueltas por mi mente, vi los aretes que llevaba chica2 y se notaban que eran muy caros, pero no mas caros que un celular...
¿¡En que estoy pensando!?

El camino a casa de esta tarde tuvo cambio de rumbo, cuando me di cuenta que me estaba dirigiendo a un cibercafé me pare en seco. ¿Que voy a hacer ahí? Pero seguí avanzando, porque la idea de pasar otra semana solo era insoportable.
¿Fue buena idea dejar a mis hermanos atrás? La respuesta aún no se definía por completo, pero no quería conformarme solo con ellos.

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