Capitulo 32 Temporada 2

281 24 2
                                    

Y al caer la noche estaba acostada en mi cama, viendo el hermoso cielo azul marino con pequeños toques de violeta, la luna en el centro y las estrellas acompañándola

A Louis le hubiera encantado tanto esto... 

Mis ojos rojos de tanto llorar, mis labios temblorosos, aquella chaqueta de Louis sin despegarse de mí. Sentí el lado de la cama hundirse, era Dylan, no podía ser nadie más, limpié las restantes lágrimas que estaban de mi rostro, me levanté de dónde estaba y ví a Dylan sentado en la cama 

— ¿Paso algo Dylan? ¿Está todo bien? 

— Sí... Solo tengo un poco de hambre — se notaba la tristeza y pena en su rostro 

— Vamos a hacerte algo de comer — acaricié suavemente su rostro 

Salimos de la habitación, él se sentó en el sofá mientras miraba algo de televisión, y luego estaba yo, sin saber que hacer, Louis era él que siempre hacía la comida, así que preparé leche y panqueques para Dylan. Me acerque a él y en una pequeña bandeja lo puse sobre él 

— ¿No quieres? — preguntó extendiendo el tenedor con un pequeño pedazo de panqueques hacía mí 

— No amor, así está bien, no tengo hambre — fruncí mis labios

Él siguió comiendo y yo lo seguía acompañando, había perdido a Louis, pero tenía a Dylan conmigo y nadie me va a separar de él

🥀

Y hoy era el funeral de Louis, ¿Cómo puedo estar? Nunca más en mi vida volvería a ver a Louis.

Dylan ya estaba cambiado, tomando su desayuno en la sala, mientras tanto yo en mi habitación, maquillándome solamente para ocultar mis ojeras y mis ojos hinchados, estaba por pasar una de mis brochas por mi párpado cuando un recuerdo vino a mi mente 

Flashback: 

— No hay nadie en mi casa, no hay problema — reí 

— No, tengo que volver a mi casa en una hora — contradice Louis entre risas 

— Solo uno, por favor, no es mucho 

Flashback terminado: 

Cómo olvidar las veces que Louis a veces empezaba a escabullirse en mi casa cuando no había nadie o nos encerrábamos en mi habitación hasta el amanecer, sin hacer palabra ni golpe, solo éramos los dos, viviendo un amor prohibido pero a la vez tan puro y sincero.

Verlo algún reflejó de él en el espejo, su brillante y contagiosa sonrisa, tan hermosa tanto como él. 

Poder sentir nuevamente sus cálidas manos recorriendo mi cuerpo, dando caricias tan suaves con está.

Sus labios rosas y húmedos a lo que ni una sola persona se resiste, poder hacer que se rosen con los míos al menos una sola vez más. 

Acariciar su rostro, su piel blanca y de porcelana, como una maravillosa tela de algodón que no puedes dejar ir. 

Soñábamos con nuestra propia casa, decías que era demasiado para ti, y poco para mí. Porque si hablábamos de sociedades, al final me tocaba admitir de la familia en la que vengo, unos famosos ambiciosos, teníamos en común que nuestras familias odiaran nuestra relación, seguirá siendo así. 

Siempre escuchamos que el amor de la juventud no dura para siempre, pero nosotros sabíamos que lo nuestra era único y diferente, pero ahora lo entiendo.

Llego tu momento de irte.

Hemos navegado por los mares, veíamos las estrellas al anochecer, cada uno por su ventana, y nuestros teléfonos en nuestras orejas, hemos visto todo.

Y por mucho que las cosas cambien, mi corazón te seguirá perteneciendo. Éramos mundos diferentes que se juntaron.

¿Puedo quedarme contigo? Al menos una vez, conozco cada parte de ti, si tan solo estuvieras aquí...

Si quiera me volvería a enamorar, y lo hice de ti, creo que el único error que cometimos fue huir, pero sabíamos que era la mejor decisión, ahora mira como terminamos.

Intenté mantenerte conmigo, enserio lo intenté, me pintaste un mundo perfecto, y ya murió, debo dejar de mantenerte en mi mente, intento dejar de llorar, quiero forzar todo, quiero forzar a que todo se alinee de nuevo, cuando ya estás muerto...

Pero no podía maquillarme, no tenía ganas, solo me coloque unas gafas y salí del departamento junto a Dylan. Le había pedido a mi hermano que me recoja, mi familia también iría, según ellos solo me acompañarían por respeto, al parecer ya estaban entrando en razón un poco. 

Y en ese cementerio estaba la lápida de Louis, Louis Partrick... Había algo que no cuadraba 

Tú y yo ¿Siempre? ||Louis PartridgeWhere stories live. Discover now