Parte V

5.2K 798 660
                                    

Día 2.

Algo frío se apodera de mi frente, y parte de mis parpados. Algo húmedo y tranquilizador. Ahora estoy acostado, quizás en mi cama otra vez, quizás en mi tumba. Intento moverme pero mis brazos no quieren cooperar, mi mente grita auxilio pero mi corazón está tranquilo, palpitando y haciendo eco en mi cabeza.

—Ya despertó —dice alguien, voz dulce y femenina—. ¿Ves, niño? No te pongas así, ya despertó, ni siquiera pasaron dos minutos.

Hay dos voces ahora, algo fuerte aprieta mi estomago, chillo un poco y escucho un suspiro. La sensación fría y húmeda se va, dejando solo el fantasma chorreando en mi frente. Vuelvo a intentar abrir los ojos, veo un techo y quizás no esté muerto, pero no estoy en mi cama. Mi garganta se encuentra cerrada, por lo que me cuesta decir siquiera una palabra, muevo un poco el cuello, encontrándome con grandes ojos verdes, que chispean preocupación.

—Oh, Louis —Parpadeo varias veces, para que mi vista borrosa se regule, y me encuentro con Harry Styles, uno de sus rizos tapando su frente, y sus mejillas sonrojadas—. Creí que te había pasado algo demasiado malo, la enfermera dijo que quizás tuviste un bajón de azúcar, pero juro que cuando te vi parecías tan pálido y asustado que… Dios mío, me diste un gran susto, incluso iba a ponerme a gritar…

—Harry —lo llamo, mi voz raspando mi garganta—. Cállate.

—Oh, bien… lo siento.

Se acerca, sin embargo, las yemas de sus dedos pasan por mis mejillas, suave. Quiero decirle que se aparte, pero estoy cerrando los ojos otra vez, en esta ocasión solo para suspirar. La voz de Harry es tan lenta como sus dedos sobre mi piel.

—De verdad me asustaste —es todo lo que dice, ahora está tranquilo. Un fuerte ruido se escucha, haciendo que él se aparte, y que yo me sobresalte un poco. Zayn está entrando con ojos mieles agrandados y enloquecidos.

—Oh, mierda, Louis ¿estás bien?

–Sí… yo…

— ¡Te dije que te quedaras en casa! —Gime, preocupado y enojado a la vez, se acerca y aprieta mis mejillas, inspeccionando mi rostro rápidamente—. Dios mío, mira si Harry no estaba allí para ti, ¿Qué sucede contigo? Si te sientes mal debes decirme, vine aquí lo antes posible, pensé que estabas falleciendo o algo…

—Zayn… —Doy gracias al cielo porque Harry lo está interrumpiendo—. Louis, uh… se descompenso un momento. La enfermera dijo que podría ser una…

— ¿Ves porqué siempre te digo que debes comer en los recesos? ¡Mira si te mueres de hambre! ¿Ves lo que sucede cuando no me escuchas? ¡Louis!

—Estoy bien —le digo, cortante y apartando su mano. Me siento en la camilla, suspirando bruscamente—. Ya déjalo, Zayn. No pasó nada.

— ¡¿No pasó nada?! —chilla, y está por seguir su discurso cuando entra la enfermera. Ella es alta y morena, sus ojos son pequeños y tiene una tierna sonrisa. Aparta sutilmente a Zayn de mí, quien se queda con la boca abierta y las palabras en la garganta. Le sonrío cuando observo que trae un vaso de agua con ella. Cojo el vaso y comienzo a tomar rápidamente, como si no hubiera tomado en siglos. El agua se desliza un poco sobre mi barbilla, pero no importa, sigo tomando hasta que ya no queda nada.

La enfermera me sonríe, metiendo un termómetro en mi boca.

— ¿Cómo te sientes ahora? ¿Mejor? —me pregunta, dulce. Asiento con la cabeza antes de que ella quite el termómetro otra vez y lo observe—. Mm, no tienes fiebre. ¿No te duele nada?

Down to the sea bed. / larry stylinson.Where stories live. Discover now