Capítulo LXXIX

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Nadie había sabido nada de Amy en días y Neville se estaba volviendo loco buscándola, pero estaba seguro de que los Carrow no la habían matado porque ellos también estaban buscándola.

El muchacho había comenzado a ver a un pequeño canario albino que cantaba posado en el marco de la ventana cada vez que salía de un aula para dirigirse a su siguiente clase, y una noche que salió a hurtadillas de la Torre de Gryffindor, se llevó un susto de muerte al encontrarse a Fang montando guardia sentado frente al retrato de la Señora Gorda, con cierto canario albino posado sobre su cabeza.

—¿Qué haces aquí, Fang? ¡Qué susto! —Susurró Neville.

Fang se puso de pie y con sigilo subió las escaleras que cambiaban de lugar hasta detenerse en el rellano, donde se sentó con vista a Neville. Como el muchacho no lo seguía, Canario voló hacia él y con su pico intentó tirar del borde de su manga, pero por el peso de su brazo terminó soltándola y regresó a posarse sobre la cabeza de Fang.

Neville comprendió el mensaje y comenzó a subir las escaleras sin hacer ruido, entonces Fang se puso de pie y continuó subiendo hasta el séptimo piso, guió a Neville por los pasillos hasta que finalmente se detuvo frente al tapiz de Barnabás el Chiflado y se sentó allí.

—¿Cómo es que conoces este lugar, Fang? —Preguntó Neville al darse cuenta de dónde se encontraban—. ¿Y por qué tienes un canario en la cabeza? Oye, yo te conozco —le dijo a Canario—. Me has estado sig...

Neville no pudo terminar la frase porque en ese momento, la enorme puerta de la Sala de Menesteres había aparecido y Fang se puso de pie. El muchacho entró a la sala seguido del enorme perro jabalinero, pero se veía muy diferente a la primera vez que la encontró en Quinto Año. Era mucho más pequeña, tenía una hamaca, unos tapices de Ravenclaw, una enorme casa para perro, una caja de arena y un enorme retrato de una niña rubia de expresión dulce.

De repente, la sala se volvió un poco más grande y apareció una segunda hamaca y unos tapices de Gryffindor. Luego Canario voló y retomó su forma humana, dejando a Neville boquiabierto.

—Soy yo, Nev —dijo Amy y el muchacho no daba crédito a sus ojos.

—¡Oh, por Merlín! ¡Amy! —Chilló Neville, loco de alegría y corrió a abrazarla—. Te he estado buscando como loco. ¡Qué alegría me da verte!

—A mí también, Nev —respondió Amy con una sonrisa.

—¡Por los calzones más andrajosos de Merlín! ¡Eres una animaga!

—Una no registrada.

—¡Pero qué tonto soy! ¿Cómo pude olvidarlo? Nos lo contaste en el tren el día que nos conocimos. Pero nunca imaginé que fueras un canario albino.

En ese momento se escucharon ruidos que provenían del baño, como si alguien estuviera arrastrando muebles muy pesados allí. Amy y Neville intercambiaron miradas y corrieron a investigar con las varitas en ristre, pero resultó que el baño se había vuelto más grande y se había dividido en dos. Un lado estaba equipado para las necesidades de una mujer, y el otro, para las de un varón.

—Esta sala sí que piensa en todo, ¿no crees? —Preguntó Neville y Amy asintió.

—Creo que es la más mágica de toda la escuela —respondió ella—. Esta noche apareció la casa para perro y la caja de arena cuando traje a Fang. Entramos al castillo y nos escondimos en el baño de Myrtle la llorona mientras todos cenaban, y esperamos a que las luces se apagaran para venir hasta el séptimo piso. Aquí he estado escondiéndome durante los últimos días.

—Yo también estaba necesitando un escondite. Pensé en la cabaña de Hagrid, por eso salí a hurtadillas esta noche.

Amy observó detalladamente a Neville y recién cayó en cuenta de que su amigo tenía el cabello muy largo, el rostro lleno de heridas, y la ropa desgastada y rota.

Ghost of You || Draco Malfoy Fanfic [TERMINADA✔️]Where stories live. Discover now