The owl house: historias no contadas [Lumity]

5. Through the Looking Glass Ruins: el beso.

El día había sido bastante duro para Luz, todo lo que había tenido que hacer para recuperar el trabajo de Amity había sido realmente complicado. No se arrepentía de nada, porque todo lo había hecho por Amity, sabiendo lo mucho que apreciaba su trabajo. Se alegraba de que todo hubiera salido bien… demasiado bien.

Antes de irse a dormir, fue a comprobar si su nuevo amigo se encontraba bien. No sabía cómo hacer que le contara el diario, así que iba a cuidarle hasta que encontrara la manera. Al buscarlo por su habitación, se dio cuenta de que King le había atrapado con su boca. Luz se asustó y fue corriendo a quitárselo. Lo agarró por el collar que llevaba puesto y lo alzó.

—Suéltalo, ahora.

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King lo escupió y miró a Luz, enfadado.

—¿Por qué me has hecho soltarlo? Tengo hambre.

—Este ratón tiene la información que necesito para crear el portal que me devuelva al mundo humano.

—¿Y cuando te la dé me la puedo comer?

—¡No! El pobre no ha hecho nada para que te lo comas. Si tienes hambre, ve a la cocina.

King se quejó y se marchó enfadado de la habitación.

—Se le pasará —dijo y, entonces, miró al ratón, que parecía asustado—. Supongo que hoy has vivido muchas emociones y por eso no me vas a contar nada, ¿verdad?

El animal pestañeó.

—Ya, eso me temía. Será mejor que nos vayamos a dormir.

Ambos se fueron a dormir.

Luz estaba acostada en la cama tranquilamente, intentando quedarse dormida. Fue imposible, porque se entretuvo recordando aquella escena que había vivido con amity. Aún no se creía su nuevo look, porque ella pensaba que le quedaba realmente bien.

—Me recuerda al algodón de azúcar… porque ella es igual de dulce.

Entonces, se acordó de aquel beso. Sus mejillas se ruborizaron, y empezó a notar que le ardían. Era como si aún pudiera notar los suaves labios de Amity apoyados suavemente sobre su piel. 

Por otro lado, Amity también se encontraba en su habitación, acostada en la cama. Ella tampoco podía dormir, porque se le había llenado la cabeza de pensamientos intrusivos sobre lo que había ocurrido aquella tarde. Estaba mirando su carné de la biblioteca, feliz por el hecho de que Luz se hubiera esforzado tanto en recuperarlo. Apreciaba a Luz, le quería por cómo era y por lo que la motivada a hacer lo que hacía… Pero estaba preocupada, había dejado llevarse por esos sentimientos y le había dado un beso en la mejilla espontáneo. No sabía cómo se lo había tomado Luz, porque su miedo había hecho que huyera hacia el interior de su casa. Sus hermanos le habían dicho que había sido un buen movimiento, aunque había hecho mal en salir corriendo de allí. Ella solo podía pensar en lo que sintió al darle el beso, en lo suave que era la mejilla de Luz. A Amity también se le ruborizaron las mejillas y comenzó a notar que le ardía la cara.

—¿Por qué hice eso?

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