Razones por las que me enamore de ti

Razón #4

"Es fácil contigo."

¿Esta es Alba?

Eliminar.

Eh, hola. Soy Natalia. Te llevé a casa más temprano y estaba...

Eliminar.

Así que, he estado pensando en tu oferta.

Ugh.

Por esto no uso mi teléfono. Sueno tan estúpida a través de textos. Tomo aliento y vuelvo a intentarlo, presionando enviar antes de que pueda cambiar de opinión.

¿Alba? Natalia. Sólo quería asegurarme de que tenía tu número correcto.

Se ha ido, y no puedo sobreanalizar mi falta de jerga de mensajes.

El teléfono vibra alrededor de quince segundos más tarde.

Ding, ding! Ganaste! T gustaría el premio detrás de la cortina # 1, de la cortina # 2 o de la cortina # 3?

Me río entre dientes y niego con la cabeza mientras escribo mi respuesta.

2 es mi número de la suerte.

Enviar.

Bien. Está poniéndose más fácil. Sólo un intento esta vez.

Has ganado una conversación de 20 min x teléfono con tu servidora. Llámame cuando recibas este msj para reclamar tu premio :)

Apreto el botón de llamar sin detenerme siquiera a pensar en lo que estoy haciendo. Es más fácil hablar con ella. Incluso a través de mensajes de texto.

—¿Qué onda? —Ella lo dice como uno de esos gángsters.

—Hola.

—¿Cómo va todo?

—Eh, bien.

—Guau. —Se ríe—. Estás llena de conversación. No sé si veinte minutos sean suficientes.

Al menos no puede ver mi cara ponerse roja. —Estaba preguntándome qué harás mañana después de la escuela.

—Mmm.... Espera un segundo.

Una puerta se cierra de golpe, y la música de fondo se amortigua.

—Lo siento, creo que te oí mal. ¿Me preguntaste cuáles eran mis planes para mañana?

—Eh, sí. —¿Eso era malo?

—Oh.

¿Eso es todo lo que va a decir?

—Eh, ¿Alba? ¿Sigues ahí?

—Sí, lo siento. Em, sólo voy a ir a la biblioteca de nuevo, espero que sin lluvia esta vez.

Me aclaro la garganta. ¿Por qué esto es tan difícil? No es como si la estuviera invitando a salir.

No, sólo la invitas a que te enganche con otra chica.

—¿Quieres compañía?

—¿Quieres pasar el rato conmigo?

—Sí.

Se calla de nuevo. ¿Qué le digo? ¿Debo decir algo? ¿O simplemente sentarme aquí como una idiota?

—Esto no es una cita, ¿no?

—Eh...

—Porque no quiero tu compasión.

—¿Qué?

—No quiero una cita por lástima sólo porque no he estado en una.

Me río. No pretendía hacerlo, sólo sucedió. —No. No es una cita. Quiero hablar contigo acerca de, ya sabes, lo que has dicho antes.