𝐹𝐼𝑁𝐴𝐿

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𝐾𝑎𝑚𝑖𝑙𝑙𝑒 𝑃𝑂𝑉:

— ¿te gusta? — dije mostrándole a Tomás un centro de mesa para nuestra boda, él desvió un poco la vista de su teléfono y vió el catálogo que sostenía en mis manos, simplemente asintió, para regresar nuevamente la vista a su teléfono.— ¿eso es un?

— ajá, es lindo kamille. — yo suspiré cansada y entonces tomé la valentía de decirle lo que rondaba en mi cabeza desde hace días.

— Últimamente no haz prestado atención a los detalles de nuestra boda, pareciera que...

— Pareciera, ¿qué? — me interrumpió y al fin me prestó atención, dejando su teléfono de lado.

— Pareciera que no quisieras casarte. — dije por lo bajo, confieso que me intimidó un poco su tono de voz.

Él me vió en silencio, mi corazón latía de una manera poco común, sin fuerza, probablemente cansado, simplemente buscando cómo arreglar o salir de esta situación que lo lastima diario.

— Yo... — suspiró un poco, me vió a los ojos, los cuales parecían ocultar algo. — Si quiero casarme Kami, perdón si haz sentido lo contrario. — acarició mi mejilla, esa electricidad que provocaba su tacto en mi piel estaba presente, pero algo diferente, pareciera incluso ser forzada. — Sólo he estado confundido estos días, perdón.

— no tienes que pedir perdón Tomás, creo que te entiendo. — sonreí un poco, al igual que él.

El sonido de su teléfono interrumpió nuestro momento, él lo tomó rápidamente y sonrió al ver la pantalla, incluso podría jurar que sus ojos llegaron a brillar.

— Tengo que irme. — se levantó de la cama y se puso sus tenis.

— Pero acabas de llegar hace dos horas, me prometiste que me acompañarías a ver las flores para la boda, NUESTRA boda. — recalqué nuestra, él me vió, parecía buscar una nueva excusa para irse, simplemente negué. — ¿sabes qué?, yo lo haré, haz lo que sea que tengas que hacer. — sin decir nada salió de la habitación.

Suspiré cansada y me recosté sobre la cama, las lágrimas no tardaron en salir, odiaba esta sensación, sentir que todo iba bien y de repente, Tomás cambia por completo, a sólo cuatro días de nuestra boda, pareciera que ya no quiere nada conmigo.

Mi teléfono sonó, contesté sin ver quien era, esperanzada de que sea Tomás.

— Kamille. — era Litkillah, estos días en los que Tomás no me paraba bola, él y yo hemos echo una buena amistad.

— Mauro, ¿qué pasa?

— Nada todo bien, sólo que acabo de terminar directo y me gustaría saber si quisieras ir a cenar. — asentí entusiasmada, sería bueno para mi salir después de tanto estrés.

— Claro que si, ¿pasas por mi?

— Claro que si wey. — imitó un mal acento mexicano y ambos carcajeamos. — Te veo en un rato.

— Ya estás wey. — imité al igual que él, escuché una leve risa de su parte y colgué.

Después de colgar, inmediatamente le envié un mensaje a Tomás para avisarle que saldría.

 𝐜𝐚𝐧𝐜𝐞𝐥𝐥𝐞𝐝 | 𝑠𝑑𝑔𝑓 𝟤 Where stories live. Discover now