𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓; ━━━━━━ 𝐛𝐚𝐲𝐥𝐞𝐲 ¹

𝟎𝟔.

༄ ‧₊˚ CHAPTER SIX ੈ✩‧₊ 'ރ፧
❝ dificultades familiares. ❞

🗓️ miércoles seis de febrero.

Un silencio incómodo se formó en aquella sala. Nadie decía nada después de las palabras de Megan.

Después de unos segundos, su padre tomó la palabra. —No quise pegarte hija. De verdad lo lamento. —dijo, con arrepentimiento en sus ojos. Megan miró hacía el piso.

—Eso pasó hace más diez años, las disculpas ya no importan ahora. —contestó. En un tono apenas audible.

—Por esa razón, por la enfermedad de mamá, un año después de tu partida de Minneapolis te contacté, para decirte que no queríamos a Matthew aquí. Leonel había dicho que él quería hablar con nosotros. Yo le respondí que estaba bien viviendo contigo y Leo. —explico su hermana, con un suspiro.

—Siempre esperábamos a que tu madre estuviera lúcida antes de una llamada o algún mensaje. Cuando ella estaba lúcida, nos pedía no decirte nada. —Megan asintió, ante las palabras de su padre.

—¿Le dijeron a Matthew lo que ocurre? —preguntó, alzando su mirada para ver a su hermana y a su padre. Quienes negaron.

—Creemos que tú deberías decirle, eres la más cercana a él. Nosotros ni si quiera tenemos ningún tipo de contacto con Matthew. —Dijo Ariadna, soltando un suspiro.

—Sí, yo le diré.

—¿Cuántos días te quedarás, hija? —preguntó su padre.

—Solo dos días, fue suerte. Aún no logro tener días de vacaciones, acabo de llegar a la empresa y me dejaron faltar tres días al trabajo solo por ser un asunto familiar. Aunque no contaré el día de viaje. —Megan explico con rapidez.

—Es muy poco tiempo. Espero que tu mamá este lúcida. Tienen mucho de que hablar ustedes dos. —dijo su padre, ahora fue él quien suspiró.

—Espero lo mismo. Vine solo por mamá, rompí la promesa de hace diez años. No vengo por la empresa, ni porque haya cambiado de opinión.

—Y acá esta la Megan malagradecida que conocemos. No cambiaste mucho estos últimos diez años. —dijo su hermana, mientras la examinaba con la mirada, con desagrado y desprecio.

—Ariadna, por favor. Ya no eres una niña chiquita. —dijo su padre, tratando de calmar a la mayor de sus hijas.

—Cambié mucho estos diez años. Pero veo que tú sigues siendo la misma persona tan desagradable de siempre. Vengo escuchando tus críticas desde que llegué. Crees que todo se debe hacer como tú quieres, pero no es así, y si yo no quiero trabajar en la empresa no es tu problema. La próxima vez que me ataques diciéndome malagradecida recuerda todo lo que eres, todos tus errores, que no son pocos, ni ligeros. —soltó, por primera vez, explotando su coraje ante su hermana.