EFÍMERO [2]

50.

Lady:

Estaba echada en mi cama, con mi pijama puesta. Tapada con mis sábanas hasta la cabeza. 

-No, no, no por favor...

Cerré los ojos.

-Eres mía...

Sus toques, su respiración en mi cuello, el no haber podido defenderme.

Comencé a llorar con fuerza, sabía que debía continuar con mi vida, ¿pero como podría?, ¿cómo verdaderamente se puede superar algo así?

¿Era mi culpa? No debí tomar, no debí fumar...no debí. 

Buscaba una razón por la que me pudo pasar algo así, ¿y si fue mi culpa? 

Nunca debí asistir.

Seguía recordando la escena, moviendo mi cabeza a un lado y luego al otro. 

Solté un grito de frustración tan desgarrador que sentí mi garganta doler.

-¿Lady? Lady, contéstame. 

Yo solo lloraba. Mientras mi cabeza estaba en mis muslos, estaba sentada en mi cama, como en forma de bolita. 

-¡LADY!

-¡Déjame sola!-grité llorando. 

-¡No, no pienso hacerlo!-se escuchaba tan angustiado y tan preocupado-¡No puedo irme cuando siento toda la culpa encima de mi cabeza! ¡Me echo la culpa, Lady! 

No le contesté y seguí llorando. 

-Hola, chica nueva...

Recordé la voz de ese maldito. Me sentía asqueada, me comencé a rasguñar la cara, me sentía completamente sucia. Me habían tocado, a la fuerza.

Debiste ser más fuerte, es tu culpa. 

No debiste vestirte así.

No debiste tomar.

No debiste fumar.

ES TU CULPA.

ES TU CULPA.

Comencé a llorar desconsoladamente, los pensamientos de mi cabeza me atacaban y me sentía aún peor. 

-Hola, rara.

-Eres tonta, con esa cara y siendo poca cosa, nadie te querrá.

-Deberías suicidarte, le harías un favor al mundo.

-Nadie te necesita.

-No vales nada.

Todo comenzó a verse como en el principio, todos los malos comentarios, que me dolieron y creí superados volvieron a mi mente.

Pensé que ya era fuerte...