Path of thorns

Capítulo 18

Pedí un banquete pequeño.

Pedí algo reservado.

Pero creo que la definición que tengo de "pequeño y reservado" no es la misma que tiene tía Diana.

Todo el palacio Rose estaba adornado con rosas blancas, alfombras doradas y un aroma dulce y fresco abundaba el palacio.

Tanto Eilán como yo estábamos mareados al ver tanta extravagancia.

Solo queríamos casarnos y tener una vida pacífica sin tener que estar siendo manipulados por los demás.

-Agh me duele la cabeza....

Dijo Eilán tocandose un poco la cabeza, le dije que aguantará un poco más, ya nos casamos y lo único que falta es que termine este banquete.

Todos se veían muy feliz, todos menos padre.

Si bien mostraba su típica sonrisa, no estaba contento con este evento.

Nosotros los recién casados estábamos sentados en una mesa solo para nosotros dos.

Dentro de toda esta gente, queríamos tener un leve espacio para nosotros.

Estamos bien hasta que los nobles comenzaron a hablar.

-Princesa Jennette, estamos muy felices por ustedes y les deseamos lo mejor pero nosotros estamos preocupados porque aun no se establece el lugar en donde vivirán por ahora.

¿Desde cuando eso le preocupa a los nobles?

Habría que ser bastante tonta para no darse cuenta de que tienen intenciones ocultas pero lamentablemente las cosas no saldrán como desean.

-Ahora que estoy casada, ¿No es obvio que viviré en el garnet?

Si, en el garnet.

En su momento fue una idea tierna por parte de padre, antes de que supiera su maraña de mentiras, él había propuesto que el primero de sus hijos que se casara tendría la posibilidad de vivir en el palacio imperial.

Es tonto ¿no?

Claro que lo es, pero es más tonto el hecho que en su momento lo anunció a los nobles, jurando que sería tomado como una buena idea.

Claro error.

-Ah cierto, hace un tiempo el emperador lo había propuesto...

-Cierto....esa audiencia...

Susurros y más susurros.

Eso era lo único único sé escuchaban a nuestro alrededor, a mi no me molestaba en lo absoluto, estaba acostumbrada pero Eilán no.

Se veía agotado.

Y no soy alguien tan desalmada para obligarlo a soportarlo.

Fuimos con mis tíos Claude y Diana y les explique que nos retirariamos antes ya que Eilán se sentía muy cansado.

Nos prestaron un carruaje que nos llevaría al garnet, estábamos agradecidos y algo felices porque podríamos descansar pero.

-¿Se van tan temprano?

Dijo Adrian apareciendo detrás de nosotros, justo cuando estábamos subiendo nos al carruaje.

-Si, nos sentimos algo cansados y preferimos retirarnos, ustedes pueden seguir disfrutando del banquete, no hay problema.

-Ah ya veo, cierto que igual es su noche de bodas, espero que la pasen bien, si es que pueden.

Yo me avergonce un poco, me gire para ver a Eilán y por alguna razón se veía molesto, no quitaba su mirada de Adrian.