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Su idea principal era contar hasta diez pero ya iba casi por el siete mil y su paciencia se iba reduciendo.
Suspiró lo más profundo que pudo y tocó el puente de su nariz mientras abrió los ojos lentamente.

— Sabes que siempre estoy de tu lado, y que jamás haría algo para verte mal, estoy de tu lado y siempre voy a querer lo mejor para vos. Somos amigos por eso. Y lo agradezco ¿Sabes porque? Por qué la amistad es una de las cosas más hermosas de la vida y saber que me dejas ser tu amigo es hermoso para mi. La amistad lo es todo ¿Te imaginas un mundo sin amistad o una dimensión dónde nos odiemos a muerte? Ay, no, eso sería horrible, además si no fuera importante no habrían tantas canciones, series y ese tipo de cosas que las mencionen ¿Porque? Por qué está relacionada con la felicidad y yo estoy pensando en eso. En tu felicidad y lo pienso por nuestra amistad....

Llegaba casi al ocho mil cuando miro al frente y vio que el semáforo se puso en rojo. Levantó la mano y le tapo la boca.

— Hace casi veinticinco minutos que me venís diciendo lo mismo.- rechino entre dientes, lo miró fijo y con odio. — Tenes un puto segundo para callarte o te juro que te entierro vivo. -El contrario asintió la cabeza con violencia y saco la mano.

— Perdón.- susurro. —Es que estoy tratando de que entiendas que jamás haría algo que te perjudique-

— Despertas en mi un lado asesino que no lo podrías creer.

— Me callo.

— ¡GRACIAS!

En lo que resto del viaje no hablaron y lo agradeció. No tenía caso preguntar a dónde iban porque intentarlo seria la señal perfecta para que el contrario empezara con su discurso de vuelta.

— Voy a estacionar acá y vamos caminando.

— Me da igual.

Después de estacionar, solamente se limito a seguir a su amigo sin hacer preguntas. Nota que está nervioso pero no pregunta. En un punto le da felicidad eso significa que puede abusar de su miedo.

Frunce el ceño al ver tanta gente y no tiene que ser un genio para saber dónde están y le lanza una mirada asesina a su amigo pero este finge no verlo.

Entran al lugar y su odio ya no lo puede disimular.

— ¡¿Que mierda, porque me traes a un lugar lleno de gente?! .- lo agarro del cuello de su remera.—  ¡Odio la gente y estos lugares!.

— ¡Katchan! Espera, no es lo que parece.- subió sus manos a modo de paz.

— ¡¿Ah?!

— Este lugar es para vos...

— ¿Que?.- susurro.

— Es un lugar para...

No, no lo diría. No sería capaz de decirlo.

— Es para gays.- dijo en un hilo de voz.

Lo dijo.

— ¿Último deseo o últimas palabras?

— Te dije que jamás haría nada que te perjudique.- murmuraba.— Sabes que quiero lo mejor para vos, solo quiero verte feliz, por eso somos amigos y aunque lo sospeche siempre nunca me contaste de alguien, no tuviste pareja, pensé que no vendrías a estos lugares solo así que pensé en acompañarte. Tal vez no es el mejor regalo pero hace mucho tiempo que quería traerte y ver si conoces a alguien y tal vez-

— ¡Escúchame una cosa pedazo de inútil!.- lo sacudió de los hombros.- Ya me aprendí tu discurso de mierda y no quiero volver a escucharlo. No te creas especial por saber mi orientación y no te tenés que meter en mi vida ni amorosa , ni sexual , es mi jodida vida! ¡y odio estos lugares , lo sabes!, ¡Es el peor lugar donde me pudiste haber traído, pedazo de mierda!

¡F C , Kacchan! Where stories live. Discover now