ONCE II

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En una carta se incluyen recuerdos, se expresan sentimientos, ya sean positivos como negativos, se puede pedir perdón o perdonar, con la posibilidad de zanjar asuntos que quedaron pendientes.

Después imaginé escribirle una carta a Saint que decía:

Mi hermoso Saint:

Hoy me doy cuenta de que pasé una gran parte de mi vida viviendo en el futuro, llenándome de miedo con lo que podría pasar e imaginando lo que debería de ser. Viviendo así, eché a perder, muchas veces, los preciosos momentos que pasábamos juntos.

La mayoría de la gente mira su vida hacia el futuro, haciendo planes e imaginando lo que pasará y lo que quiere lograr. A mí, sólo me queda mirar hacia el pasado y desde aquí, desde mi lecho de muerte, todo me parece diferente. Desde este punto de vista, las cosas de mi vida toman su verdadero valor.

Desde aquí, me doy cuenta de que lo importante en la vida no son los logros ni las metas, no lo es tampoco acumular riquezas ni conocimientos, ni probarle al mundo nuestra valía; lo realmente
importante es estar con los seres que amamos, los besos, los abrazos, las caricias, las risas, el compartir, el amor por otros: eso es lo que debemos acumular.

Yo sé que te hice pasar malos momentos al insistir en querer cambiarte, sin darme cuenta que no tenía ningún derecho de hacerlo, porque no te poseía.

Espero que comprendas que mis faltas no tenían su origen en la maldad, sino en la ignorancia, en el miedo a ser herido, en un sentimiento equivocado de no merecer tu amor y en el temor de entregarme
a ti.

Te pido perdón por mis errores y te libero hoy de mis exigencias y mis reclamos. Nunca fue tu responsabilidad satisfacer mis necesidades ya que nunca fuiste responsable de mi felicidad.

Nada queda en mi corazón que no sea la alegría de haberte conocido, el agradecimiento por los momentos felices y el amor que siento por ti.

Te quiero.

Atentamente, Tu amado.

Por último, imaginé escribir la carta que me pareció la más importante de todas, la que estaba dirigida a mí mismo.

Estimado Amigo:

Me llamo amigo porque eso es lo que quiero ser conmigo mismo ahora. Por mucho tiempo yo fui mi peor enemigo, de hecho, fui mi único enemigo.

Fui yo el que permitió que el miedo dominara mi vida. Fui yo el que se aferró a las penas del pasado para llenar mi presente de sufrimiento. Era mi propia voz la que escuchaba en mi cabeza y que me
convencía de no merecer lo bueno y me hacía sentir menos que los demás.

Fui yo mismo el que me llené de inseguridades y dudas, de celos y resentimientos. Fui yo mismo el que
me juzgué y me critiqué en todo lo que hacía. Yo mismo afecté mi salud y mi bienestar y fui yo mismo el responsable de los problemas de mi vida. En mí estaba la solución y en mí estaban todas las respuestas.

Fui yo mismo el acusado, el juez y el verdugo de mi propia vida. Yo mismo dicté las sentencias y yo mismo me impuse los castigos.

Y, sin embargo... hoy me perdono todo, porque me doy cuenta que siempre hice lo mejor que pude.

Comprendo que fui un ser sensible y vulnerable como lo son todos los seres humanos y que las experiencias de mi vida moldearon mi personalidad. Hoy rechazo la culpa que siento por mis errores ya que en nada ayuda y nada soluciona.

Aprendí tarde, que yo era capaz de cambiar mi vida a pesar de mis heridas y de las situaciones que me rodearon. Tarde comprendí que yo era mi propio dueño, que mis pensamientos moldearon mi existencia, que no era un esclavo de las circunstancias y que en mí estaba el poder de mejorar, de cambiar y de vivir en armonía.

Puedo ver ahora que mi vida fue maravillosa a pesar de las pérdidas y heridas que todos compartimos.

Agradezco la oportunidad que tuve de ver, de oír, de sentir, de saborear, la oportunidad de compartir con otros mi vida y la oportunidad de amar a mis semejantes.

Hoy me deshago de viejos resentimientos hacia otros y hacia mí mismo.

Hoy rompo las cadenas con las que yo mismo me até.

Hoy me libero del miedo y de la culpa.

Hoy me perdono por todos mis errores.

Hoy admito que nadie tiene control sobre mis pensamientos.

Hoy admito que nadie tiene control sobre mis sentimientos.

Hoy me declaro libre de todas mis heridas.

Hoy es un buen día para morir.

Me quiero.

Atentamente, la persona más importante de mi vida.

Al terminar de redactar estas cartas en mi mente, me sentí liberado, aun cuando sabía que no tendría la oportunidad de escribirlas ni de entregarlas a sus respectivos destinatarios.

La decisión de dejar atrás la culpa y el resentimiento es algo que tiene que ver contigo y no tanto con los demás —comentó mi guía—. Cuando decides perdonar eres tú el que se libera y el que se deshace de la pesada carga del rencor. Mucha gente vive cargando un costal en la espalda. Un costal lleno de ofensas del pasado, de rencores, de culpas, de resentimientos, de heridas, de
amores fallidos, de desilusiones, de corazones rotos, de infidelidades, de miserias...

Muchos dicen que todos tenemos una cruz que cargar —le interrumpí.

¿De dónde sacaron esa idea? Ellos mismos se pusieron la cruz a cuestas aferrándose al pasado y es de ellos la decisión de dejarla en el momento que quieran. Nadie les ha pedido que sufran.

Dicen que tienen que pagar lo que reciben —comenté.

¡¡¡Eso está peor!!! ¿A quién tienen que pagárselo? Y además, ¿lo tienen que pagar con sufrimiento? Se les olvida que la vida es generosa con sus hijos y que el amor que reciben es incondicional, que se les da sin esperar nada a cambio. Tal y como reciben todo lo que necesitan las plantas, los animales y todas las criaturas del mundo.

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Editora: estamos terminando esto 🤧 gracias a los que leyeron 🥺💕 y gracias por los pocos y sinceros votos que me regalaron 🥰⭐

Esclavo [Perth Tanapon / TERMINADA / Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora