Más de uno la quería muerta

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Otro.

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Once años antes

Yo había sido secuestrada y no me avergonzaba admitir que ya estaba acostumbrada, siendo hija de una familia importante, ser secuestrada era algo de lo que me habían prevenido desde niña, pero como la primera vez que me pasó no tenía miedo.

-¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡Eso solo una mujer! ¿Cómo es que ha evadido nuestra seguridad y matado a la mitad de nuestros hombres?- gritaba mi captor por su teléfono, completamente incrédulo y yo ya me quería ir.

-¿Cuánto más vas a tardar Kara?- pregunté al aire.

El hombre volteó a verme y me apuntó a la cabeza.

-¿A qué maldito ejército llamaste Luthor?- me gritó.

No le contesté, había sido un pésimo anfitrión, llevaba horas atada en esa silla y ni un vaso de agua me ofreció.

-¡Bueno no importa! Dame acceso a tus cuentas bancarias o te mato.

La amenaza no me inmutó, al contrario abrió un silencio en el que un silbido empezó a flotar libremente. Solo oídos finos podrían haber identificado la tonada, "Let it go" de Frozen, mi captor giró inmediatamente hacia la mujer rubia en traje que aparecía en lugar, caminando lentamente hacia él, silbando. La calma que proyectaba contrastaba con la firmeza con la que su mano sostenía su arma.

-Disculpe caballero, pero he venido por mi esposa, esa dulce dama ahí sentada.

-¡¿Quién diablos eres?!

La rubia le disparó matándolo al instante, guardando posteriormente su arma en su funda al interior de su saco.

-¿No te parece descortés querida? Yo no vine a una entrevista, vine por ti.

-Kara, ya es muy tarde- la regañé esperando pacientemente a que me desatara de la silla.

-Inaceptable, lo sé, sin embargo- se disculpó levantado su índice para interrumpirme elegantemente-. Tengo una excusa, este cerdo le puso precio a mi cabeza, tuve que acabar con todos los soldados en esta fortaleza, algunos hijos de familia influyente. Ahora soy el objetivo de mayor valor en el bajo mundo- explicó arrodillándose frente a mi sacando una navaja para cortar las cuerdas-. ¿Te tocó?

La seriedad de un momento a otro en su rostro fue mortal.

-No.

Mi respuesta le bastó para posteriormente cargarme en brazos.

-¿No te molesta? Tu cabeza ahora vale su peso oro- le pregunté, rodeando su cuello con mis brazos.

Kara soltó una carcajada profunda y simpática.

-Cariño, mientras yo esté aquí nada malo te va a pasar y mientras tú estés bien, yo soy invencible- me prometió acercando su rostro al mío para un beso de esquimal.

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-Desde entonces la vida de Kara estuvo en la mira de los mejores asesinos a sueldo y cazarrecompensas del mundo, en aquel entonces ofrecían veinte millones de dólares por su cabeza- explico cruzándome de brazos, hemos cuelto los cuatro al estudio-. La última oferta que oímos de sus enemigos estaba cerca de los ciento cincuenta millones, pero fue hace un año en un atentado en Milán.

-¡¿Por qué no nos informó de esto?!- me grita Sawyer, su nariz rota desfigura aún más su expresión molesta.

-Porque no debías saberlo- contesta la detective Lane por mi-. Maggie, no estamos ante cualquier familia. Los Danvers-Luthor están en línea directa con su majestad y en un nivel de autoridad muy por encima de nosotros. Te pedí que me acompañaras como apoyo, pero yo no iba compartir los detalles de la investigación contigo. Nuestro objetivo es averiguar como Kara Danvers entró a Berlín, encontrar a su asesino y ahora dar con quien haya robado su cuerpo, mientras menos sepas mejor.

Pesadilla postmortem: Caso Danvers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora