Let me Know (Jungkook y T/N)

Capítulo 2

La noche anterior no pude dormir bien por tanto ruido.
Bajé hasta el primer piso y salí a la calle con mi mochila y mi uniforme puesto.
Me quedé en la banqueta mientras contaba mi dinero y justo entonces un taxi se estacionó junto a mí.
Pensé que estaba con suerte; me acerqué y abrí la puerta.

—Ese taxi yo lo pedí antes —dijo alguien a mis espaldas. Me di la vuelta y me encontré con un chico alto, de cabello castaño y además tenía el mismo uniforme.

—Lo siento —hice una reverencia y me hice a un lado para dejarlo pasar.
Él se acercó a la puerta y yo le di la espalda para apartarme.

—Oye. —Giré—. Parece que vamos al mismo sitio, si no te molesta podemos compartir el taxi.

Iba a decirle que no, pero no quería llegar tarde.
Asentí y él se hizo a un lado para dejarme entrar primero.

—Gracias —le dije una vez adentro.

—De nada, soy Taehyung. —Extendió su mano.

—Y yo T/N —la estreché.

El taxi arrancó y empezamos a platicar.

—¿Eres nueva en el vecindario?

—Algo así, estoy en el segundo piso.

—¿En serio? Yo estoy en el cuarto piso.

—Ah. —Sonreí amigable.

—Sí, si algún día necesitas algo puedes buscarme en el 525.

—Gracias.

—De nada.

Pasaron unos minutos y llegamos a la escuela.
El chico se despidió y se adelantó.
Mientras tanto yo tenía que ir a la oficina del director para entregar unos documentos y para recibir mis horarios.
Después de eso me dirigí al salón que me correspondía.

Llegué y la puerta estaba abierta.
Una profesora delgada, de chongo y lentes ya se encontraba escribiendo algo en el pizarrón.
Toqué la puerta y ella me vió; yo llevaba un papel que me había dado el director dispuesto para dárselo.

—Buenos días. —Hice una reverencia—. ¿Puedo pasar? —Le mostré el papel con mi mano extendida y en ese momento sentí nervios porque todos los alumnos se me quedaron viendo.

—Buenos días, puede pasar.

Le entregué el papel y luego de darle una breve revisada me dejó sentar en un asiento vacío que estaba en frente.

Estaba sacando mis cosas de la mochila cuando escuché que tocaron y levanté la mirada.
La puerta estaba abierta y me sorprendí al ver al mismo chico de la moto; traía el mismo uniforme y una mochila colgando de sus hombros.

—¿Puedo pasar? —le preguntó a la maestra.

—Otra vez llegando tarde, ¿Jungkook?

«¿Jungkook?»

—Perdón —respondió—, no volverá a pasar.

—Está bien, que sea la última vez.

El chico entró y al pasar junto a mí nuestras miradas se encontraron.
Tuve una extraña sensación cuando nos vimos y desvíe la mirada, luego él siguió su camino hacia los últimos asientos.

—¿Te enteraste? —escuché susurrarle una chica a otra—, ayer enterraron a su padre, y en la noche él ya andaba en las carreras.

—Que sin vergüenza.

—Si.

Al escuchar esos comentarios giré la vista hacia atrás.

El chico acababa de recargarse en su mesa como si estuviera a punto de dormirse.

No sabía nada sobre él, no sabía quien era, pero empecé a sentir curiosidad por saber más cosas.

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