Capítulo 9.- Nadie puede resistirse.

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Parte 2

Tai Pham no se consideraba a sí mismo un joven muy tradicionalista, como probablemente Damian Wayne tampoco pensaba de esa forma, ni sobre él, ni acerca de Tai, pero en la torre Titan, todos hubieran votado por que ellos eran los más conservadores entre los muchachos que conformaban la liga juvenil, es decir, no en vano, se veía a Tai meditando en el punto más alto de la torre, o a Damian llegando con un traje oriental a la fiesta de Wayne enterprises el fin de año.

Hablando acerca del raro atuendo que había llevado Damian a la fiesta, algunos de los más jóvenes invitados, se burlaron diciendo que era un vestido, pero si el Monkey Prince o La Liga de los Grandes Diez, lo hubiera visto, hubieran dicho que se trataba de un qipao para caballero, y uno muy elegante, por cierto, hecho de seda fina, con adornos en hilos de oro, aunque sólo Tai conocía la verdad, se trataba de un Ao Dai, un traje tradicional de Vietnam, que el propio linterna verde, había escogido para el príncipe aquella ocasión el la que se conocieron.

Y acerca de esa ocasión...

Bueno, fue realmente un día interesante, la forma en la que Damian Wayne cruzó Estados Unidos para encontrarlo, y de alguna forma, Tai creyó, que de haber estado en Vietnam, el muchacho hubiera cruzado el mundo para hablar con él.

Fue una mañana en las vacaciones de verano, ante sus ojos se encontraba Damian Wayne, con una especie de atuendo formal casual; un pantalón de mezclilla, una camisa de lona azul claro, y aquellos zapatos lustrosos. Mientras Tai llevaba puesto, una playera con las letras "ilussion" en dorado, una sudadera abierta en el cierre y un par de tenis blancos ligeramente gastados del frente.

Se miraron largamente luego de que Damian bajara de su moto.

-¿No eres muy joven para conducir una de esas?

Preguntó Tai ladeando la cabeza.

-Soy muy joven para muchas cosas...

Confesó con indiferencia.

-Cuando vi a Damian Wayne aparecer en mi e-mail, estaba seriamente sorprendido, creí que era una broma, por lo menos hasta la videollamada -Tai se rascó la nuca-. Pero aún con todo eso, parece surreal que estés delante de mí...

-Noté bastante tu sorpresa, cuando escribiste "espera, hablas ¿enserio? ¿Eres Damian Wayne?"...

-Si bueno, pero ¿enserio tu respuesta fue hacerme una videollamada? -Tai comenzó a caminar-. Pude haber estado despeinado y simplemente no contestar...

-Tu curiosidad no te lo permitiría -Damian se acomodó las mancuernillas-. Pero el hecho de que respondieras la videollamada para decir "ay mamá, Damian Wayne está en mi computadora" ¿fue necesario?

-Tal vez no... -Tai estaba algo abochornado-. Pero te aseguro que fue inevitable, digo, supongo que no andas por allí, contactando chicos en aleatorio...

-No...

Mientras caminaban, Tai subió a una jardinera y comenzó a hacer equilibrio por la orilla de esta.

-¿Entonces...? -cuestionó Tai sentándose a la sombra de un árbol-. ¿Para que me contactaste?

El parque en el que decidieron encontrarse estaba casi vacío, por fortuna.

-Eres Green Lantern... -Dijo Damian con certeza-. Y yo soy Robin...

Un segundo de Tai volvió a quedar atónito y ligeramente escéptico.

-Hablas en serio, ¿verdad?

Preguntó el joven Linterna...

-No soy Damian Wayne contactando a Tai Pham -el príncipe se recargó en el muro con pose relajada-. Soy Robin, viniendo a hacerle una propuesta a Green Lantern...

Nadie me dice que hacerWhere stories live. Discover now