𝟘𝟜

1.4K 250 99
                                    

21 de junio de 2017

La castaña estaba volviendo a ser amarrada de las muñecas por su Hanii.

No lo entendía.

¿El no había llegado a salvarla como siempre?

—R-ran ¿p-por que-? -No terminó de hablar cuando la puerta hizo un chirrido.
—Lo siento bonita, no puedo dejarte ir hasta que me digas algo importante. -El chico sonreía tiernamente a la chica.

¿Que diablos había pasado con aquel chico del cual se había enamorado?

¿Seguía ahí dentro? o...

...¿Se había esfumado?

No lo sabía, pero su corazón ardía.

Apenas su Hanii había terminado de decir eso se dejó ver un chico, un poco más bajo que Ran, con el cabello en tonos morados también, pero con una sección más larga que otra.

Se parecía a Rindō.

—Ran ¿Que mierda hace Nisha aquí? -Estaba con el ceño fruncido, ¿qué hacía su amiga aquí?

Ran ajustaba un poco el nudo de las muñecas de la chica, siendo observado por su hermano menor.

—¿Que demonios? -No le gustaba lo que veía.

La chica había reaccionado, era Rindō.

—Rindō, es bueno verte después de tanto tiempo. -La de cabello corto sonreía tristemente con lágrimas en los ojos, le entusiasmaba ver a las personas que habían cambiado tanto su vida cuando era más joven, aunque en realidad no eran las mejores circunstancias.

Aquellos hermanos habían cambiado tanto.

—¿Que estás haciendo aquí? -Se acercó a la chica.
—Soy detective, están intentando sacarme información. -Respondió recargada en el respaldo de la silla, quería dejar caer la cabeza.
—Sigo sin entender. -Miraba a la chica. —¿Por que la vuelves a amarrar si se soltó?, podría haber escapado y todo estaría solucionado, Ran. -Dijo más bien para su hermano.
—Por que no la puedo dejar escapar, Rindō, tiene información importante. -También tenía el ceño fruncido.
—Por más que me torturen, saben que no daré información, mejor mátenme aquí y ahora. -Dijo dejando caer su cabeza hacia atrás, aquel par había cambiado tanto, y lo entendió en el momento en el que discutían.

No la dejarían ir.

—Nisha, no te vamos a matar. -El hermano menor la miraba con lastima, quería dejarla ir, pero sabía que no podía.
—Deberían. -Fue lo último que dijo, por que había comenzado a ignorar a los hermanos.

No a ignorarlos completamente, escuchaba todo lo que decían, más no respondía a nada.

—Linda, no digas eso. -El de cabello corto comenzó a acariciar el cabello de la chica. —No te mataremos, pero debes darnos información. -Aquel gesto relajaba a la chica.
—Ran. -La chica ahora estaba usando un tono de advertencia. —Deja de insistir, ya dije que no dire nada. -Se removió de la mano del chico.

Aun tenía aquella pierna desamarrada, por lo que podía fácilmente lanzar una patada e importarle
poco que comenzase una hemorragia.

Vɪᴇᴊᴀs ᴛᴀʀᴅᴇs ᴅᴇ ʟʟᴜᴠɪᴀ 「 Rᴀɴ Hᴀɪᴛᴀɴɪ 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora