Robando raices

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Esa breve conversación me hizo sentir incómodamente halagada.

Es como cuando hablas con un grupo de chicos y a uno del grupo le gustas, tu tratas de mantener una conversación tradicional pero el grupo no deja de molestar susurrar o hacer caras, es incómodamente halagador.

La anterior nombrada estaba organizando papeles en diferentes cajas.

Me: Hola...
B: Ouh, Hola.. Lara cierto? Lara Stark.
Me: Si yo-
B: No te preocupes, el director me informo todo sobre tu traslado desde el instituto Walsh.
B: Te gustaría primero elegir los talleres o el recorrido por la escuela?
Me: De ech-
B: No te preocupes no necesitamos entrar a clase cuando suene la campana, tenemos permitido hacer el tour a ultima hora, bueno tengo.

Dijo recordándose triunfante uno de sus "privilegios".

Realmente estaba exaltada, parecía como si se hubiera tomado 2 latas de energisante.

Me: De echo creo que prefiero entrar directamente a clases, pero necesito que me indiques el salón. porque yo-
B: ou yo... claro hay que pactar una hora de encuentro y- ¿que te parece luego del almuerzo?
Me: Si, eso estaría mejor.
B:  genial te veo en la cafetería.

Dijo dándose la vuelta  y uniéndose al grupo que examinaba detalladamente cada parte de mi aspecto.

Parada aun en la puerta pude escuchar como la secretaria se levantaba y caminaba hasta una puerta con un sobre de cartón en la mano.

Abrió una puerta dejando ver un reluciente cartel dorado que indicaba el nombre del director.
Deposito el sobre en el escritorio y se dio la vuelta para salir.

Cerro la puerta y camino derecho hacia mi.

X: Disculpa, debo pasar es mi tercera taza de café en la mañana.

Dijo moviéndome dulcemente del marco de la puerta y asiendo alusión a que se dirigía al baño.

Me gire para dar un último vistazo y la alarma ensordeció a todo el mundo allí.

Todos se giraron en dirección a los salones, incluida yo pero al tercer paso una idea despertó inquietud y ansiedad en mi haciendome girar en seco y volver en mis pasos.

Entre en dirección a la puerta gire la perilla y tome el sobre del escritorio y salí corriendo de ahí.

Claramente eso acababa de ser una mala decisión.

Caminaba junto a la gran horda de estudiantes cuando me percate que Betty se había ido sin decirme mi salón o como llegar.

Gire mi cabeza en todas las direcciones y como a unos 3 metros logre divisar un cartel de toilette sobre las cabezas de los estudiantes. Comencé a pasar por entre la gente hasta llegar al baño, este se encontraba vacío así que me metí, abrí la mochila y guarde a tras de todos mis libros el gran sobre marrón.

Al salir no quedaba absolutamente nadie en los pasillos.

Me sentía tan frágil.

A esta sensación ya la había vivido una y otra vez. La escuela es el único lugar que me hace sentir frágil y absurda porque hay tantas personas con las que me imagino un conflicto que me abomba no poder encontrar palabras para solucionarlo y quedar frente a esa gran multitud como lo que soy, alguien que no quiere estar en ningún lugar pero no tiene el suficiente valor para decirlo. La escuela me inyectan una dosis de ansiedad diaria.

X: Disculpa debes entrar ahora mismo a tu salon.
Me: Yo... eh-yo, so-soy nueva y no recuerdo cual era mi salón.

La misma movió una hojas de su tabla y me pregunto mi apellido.

Me: Vitale-Stark! ¡Stark!
X: Ohuuuuu... tu eres...

Dijo moviendo la lapicera en círculos frente a mi cara.

Me: Si, si soy -
X: bien, vas por el salón del fondo parte izquierda.
Me: Gracias.

Me sonrió y se dio la vuelta.

Todos los salones tenían puertas con ventana, podía ver que había en cada clase.

𝑳𝒐𝒔𝒕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora