Capítulo 09

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Yachi, Kakeru y yo llegamos a la dichosa fiesta, la casa era realmente enorme. Apenas llegamos y Yachi fue a desparramar talento y a sacar los pasos prohibidos.

Kakeru no paraba de rogarme para ir juntos a la pista de baile, por mi parte me cansé de escucharlo y fui directo a sentarme en la butaca del pequeño bar que se había preparado.

- ¿Qué desea beber? - preguntó el barman.

- Un coctel de durazno, si no es molestia.

El muchacho me sirvió, agradecí, comencé a beber mientras observaba todo lo que sucedía a mi alrededor. Casi se me cae la copa al ver a mi vecino el rubio bailando con una mujer pelirroja.
Conque él está aquí, supongo que es su novia, no? Bueno, que más da! Eché un gran suspiro.
En mi 6ta copa si no era más, veía como Atsumu la agarraba de la cintura y la pegaba más a su cuerpo, ya se tornaba bastante tedioso, así que decidí salir del lugar ya que me parecía demasiado incómodo.
Subi a la terraza, encontrándome así con un muchacho de espaldas apoyando los codos por la baranda.

- ¿Estás bien? - pregunté.

- Lo estoy - respondió mirando la luna.

- ¿Seguro? - me acerco a él.

- Ajá - se giró hacia ella.

- ¿Te drogas? - cuestioné.

- No - respondió serio.

- Osamu, tienes los ojos rojos.

- No es asunto tuyo.

- Seguiré pensando que te drogas.

- Puedes pensar lo que quieras - dijo para luego volver a apoyar los codos en la baranda y seguir observando la luna.

- La novia de Atsumu es bonita ¿cómo se llama? - pregunté, él comenzó a reírse - ¿qué? ¿dije algo gracioso?

- ¿Te interesa mi hermano? - volvió a girarse dando la espalda a la baranda.

- N.. no.

- Si quieres ser su nuevo juguete solo tienes que decirlo.

- ¿Juguete?

- Para Tsumu, las mujeres son solo eso, juguetes.

- No... te creo - pronuncié casi susurrando.

- Te diría que yo también veo a las mujeres así. Sin embargo, te estaría mintiendo. No sé como Tsumu se puede involucrar con las mujeres siendo que son tan problemáticas y algo fastidiosas.

- ¡Oye, no seas así! - no puede evitar reír ante ese comentario, él solo me observó y no dijo nada - ¿no te gusta nadie?

- No.

- ¿Algun vez has tenido novia?

- ¿Qué eres? ¿Un detective? - cuestionó el peligris.

- Yo... solo - agaché la cabeza - me rindo, es imposible hacerte plática - dije, él solo se volteó nuevamente volviendo a observar la luna. Entonces, simplemente pronuncié la palabra "adiós" y al dar un paso caí al piso, él se giró rápidamente - ¡mierda! - exclamé e intenté levantarme hasta que el peligris me extiende su mano y yo la tomo.

- Oh, vaya... se ha roto tu tacón derecho.

- ¡Maldita sea! Por algo no quería venir a esta ridícula fiesta - bufé.

- ¿Entonces para qué viniste?

- Mis amigos insistieron.

- Pff - rodó los ojos.

- Como sea, gracias - me saqué ambos zapatos e intenté dar un paso pero fue en vano, lancé un quejido horrible.

- Oh, te has doblado el tobillo. - comentó.

- ¡Mierda! - comencé a lagrimear de los frustrada que me encontraba.

- ¿Viniste en auto?

- Sí, el chofer es Kakeru Sengoku.

- ¿El pelirrojo, no?

- Ajá - asentí.

- ¿Y dónde está?

- No lo sé, lo llamaré - marqué su número, al instante me contestó... malas noticias, él ya se había ido y no pensaba regresar solo por la chica que le ha rechazado - se ha ido.

- ¡Qué amigos tan geniales tienes! - se burló.

- Pediré un taxi.

- Si gustas puedo llevarte, al parecer Suna tampoco regresará.

- ¿A dónde ha ido?

- Se encontró con una muchacha que le gusta desde hacer tiempo, así que no lo sé.

- Prometo jamás volver a molestarte en la vida, vecino.

- Eso sería un sueño - pronunció para luego cargarme en su brazos como recién casados.

- ¡O... oye! - me sonrojé.

- ¿Qué? - la observó - ¿cómo pretendes que te cargue si no puedes caminar?

- Ya... lo siento.

Me metió en el coche, llamó a Atsumu diciendo que él llevaría el coche y que lo llamara cuando quisiese volver a casa para ir a buscarlo, a lo que Atsumu respondió que pasaría la noche con una mujer.

- Típico de Tsumu - suspiró.

Llegamos, se estacionó frente a mi casa, yo simplemente pude soltar un "gracias"

- Bien ¿cómo harás para subir las escaleras?

- Oh Dios, no lo había pensado - me agarro de la cabeza - ¿me ayudas?

- Ni loco entro a tu casa.

- ¿Por qué? - cuestioné sorprendida.

- Tus padres están, podrían malinterpretar todo. Asi que no, gracias.

- Rayos, me hubiera quedado a dormir en la casa de Yachi.

- ¿Te dejan hacerlo?

- Por supuesto que sí.

- Para ahorrarnos problemas y también combustible, ve a dormir a mi habitación.

- ¿Ehh... a... a tu h...

- ¿Podrías dejar de balbucear? Yo me dormiré en el suelo.

- ¿Seguro? Tengo vergüenza, no quiero que me veas dormir.

- Ya vi bastante de ti - pronunció y se sonrojó.

- ¿Qué... qué quiéres decir con eso?

- No... nada.

- Osamu, hay algo que quiero preguntarte - dije con un tono serio.

- Te oigo.

- ¿Me... has visto... desnuda, cierto? - lo miré fijamente.

- Lo he hecho, Arianne - no apartó la mirada.

•Osamu MIYA's²•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora