pills || V O L K A C I O

las azules, tan azules como tus ojos

-🌸-

Escuché mi propio jadeo en la habitación.
Mis pies se deslizaban constantemente entre las sábanas y mis manos temblaban cuando subían de arriba a abajo, acariciándome a mi mismo y dándome satisfacción de una manera que hasta a mi me parecería vergonzosa.

Cada vez que cierro los ojos veo su rostro frente a mí, corren escalofríos por mi pecho y otro suspiro sale de mi boca, acompañándose asimismo de saliva y tal vez un pequeño sonido lascivo.
El líquido que corre entre mis piernas sale de ahí y se desliza para humedecer las sábanas. La pre-corrida es la única que parece querer entrar en su cuerpo de una manera tan desesperada como la mía .

El líquido blanco está saliendo.
Estoy teniendo un orgasmo, pero por alguna razón se siente insuficiente cuando mi corazón se tranquiliza y deja de latir exageradamente tras los segundos.

Apostaría la mitad de mi meñique a que su interior es tan cálido y acogedor como el de la vagina de una chica.

Pero probablemente pierda la apuesta, pues alguien como yo, jamás podría tener algo con alguien como él.

Viktor Volkov, por favor, sigue siendo la razón de mis sueños húmedos de aquí hasta el día en que logre olvidarte.

Prometo darte todo de mí, incluso en mi imaginación.

[...]

No creí que la mañana fuera tan asquerosa el día de hoy.
Admito que esto es mi culpa, pasé todo el día de ayer imaginando cosas pervertidas que la noche terminó dejándome seco y sin energía. Ahora y gracias a esto tuve que cambiar el horario de mis clases para tomarlas por la tarde y así quedarme en el taller hasta el anochecer.

No he podido ver a mi querido amor hoy, todo porque la estúpida alarma de mi teléfono no sonó a la hora en la que debía sonar....

La universidad deja de ser divertida si no puedo observarlo desde la distancia. Con sus ojos azules y su cabello todo desordenado, sonriendo como un desquiciado con ese rubor en sus mejillas. Se ve tan pequeño y tan delicado que estaría dispuesto a protegerlo sin que me lo pidiera.

Pero soy tan desafortunado que todas las veces que me lo he encontrado han sido solo infortunios para él.
Yo era tan dichoso y él me miraba con ese gesto extrañado.

Pero lo amo tanto que no me importa como me mire, es suficiente el hecho de que me note y sepa que estoy ahí, acechándolo y admirándolo todo el tiempo.

"No... sabia que tomábamos la misma clase" dijo, el día en que decidí sentarme junto a él en el metro.

La cabina estaba vacía, pero cuando nuestras miradas se cruzaron él me sonrió, así que lo tomé como una invitación a acercarme.
Mis manos estaban temblando y estaba tratando de esconderlas bajo mi mochila, pero creo que terminó dándose cuenta igualmente.

"En realidad estoy en la facultad de a lado" le respondí, y junté mis pies bajo el asiento "te veo cruzar la calle cada vez que voy por café a la cafetería frente a la escuela"

"Oh... " soltó y luego dejó ir una leve risa nerviosa. No supe como continuar, así que miré a otro lado y el resto del camino se quedó en silencio.

Bajé en la misma estación que él y me preguntó que si vivía cerca del lugar. Le dije que sí, pero era totalmente una mentira.

Terminé siguiendolo sin que se diera cuenta y descubrí que vivía en uno de esos edificios de departamentos caros y extravagantes . 
Cuando traté de regresar a la estación ya estaba demasiado lejos, así que tuve que caminar durante 50 minutos para llegar a casa.
Sigo preguntándome en qué piso podría vivir. ¿El quince?, ¿El cinco?.