10. Amigos

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Escuche gritos de dolor muy profundos y algunos gritos ahogados, me recorrió un gran escalofrío cuando todos esos gritos venían del lugar donde estaba Edmund y Ethan ¿Qué les habrá pasado?

Corrí rápido hacia ellos en lo que los demás corrían para llamar a la profesora.

-¡¿DE QUIEN SON ESOS GRITOS?! - Dijo Charlie mientras corría a la par de mi, con un rostro muy preocupado.

-No lo se, pero el hecho de que haya gritos, es muy malo- corrí más rápido para no tardar tanto en llegar.

Cuando llegue, vi una de las peores cosas que le podía pasar a una persona. Lo primero que vi fue a Ethan arriba de Edmund adolorido.

-¿Están bien? -dije dándole la mano a Ethan ayudándolo a levantarse.

-Yo si estoy bien -dijo Ethan con una mueca de poco dolor -Pero él no tanto -vi a Edmund en el suelo.

Estaba intentando cesar sus gritos, pero el dolor era insoportable, algo le pasa, estaba en el suelo cubriendo algo.

Algo en mi se despertó y quise ayudarlo. Me agaché a su altura y le dije:

-¿Qué te pasa Edmund? - Tal vez no eran las mejores palabras pero fueron las primeras que me llegaron a la mente.

Puse mi mano en su espalda intentando darle un poco de apoyo. Él solo hacia movimientos de negación con su cabeza, sin decir ninguna sola palabra. Sacó su mano izquierda, mostrándome, estaba demasiado hinchada y un poco doblada, si saben a lo que me refiero.

-Wow, esto está demasiado grave -volteó muy preocupada- ¡MAESTRA POR FAVOR! -Grite alterada.

Llego la maestra para ver que era lo que pasaba, le indicó a Edmund si podía hacer algunos movimientos con la mano, pero se veía que estaba rota, hacia demasiado esfuerzo para no gritar, pero el dolor era insoportable, el único movimiento que hacía era negar con su cabeza. Verlo sufrir era algo indescriptible, cada vez que movía su mano hacia una mueca de dolor junto con un sonido.

Me aleje un poco con Ethan al no poder soportar tal escena, sentía como si yo cargará el mismo dolor que él, le dije a Ethan algo preocupada:

-Ethan necesito que me digas que fue lo que paso -caminamos hasta detrás de las gradas.

-No lo se Esther, solo intente bloquear la entrada para que no llegará a marcar el punto, cuando me abalanzó sobre él y empieza a gritar, probablemente todo el peso cayó sobre su mano.

-¿Enserió no sabes nada?- él negó -Bueno... gracias Ethan -le di una palmadita en su hombro y me di media vuelta para empezar a caminar.

Me moví rápido para regresar con Edmund cuando Ethan me toma del brazo.

-¿A dónde vas? -dijo con sus ojos azules más brillantes de lo nórmal.

-Tengo que ver como está Edmund -dije aún sujeta a él.

-Y ¿No te preocupes por mi? -dijo algo triste, a lo que no me pude resistir, quería quedarme junto a él y abrazarlo por horas.

Pero mi respuesta fue:

-Me preocupas, pero Edmund tiene la mano rota, y es mi amigo así que tengo que ir con él. Después nos vemos Ethan -dije sonriendo de oreja a oreja.

-Supongo que esta bien, aunque no podré estar mucho tiempo sin ti -dijo acercándose mucho a mí poniendo sus manos en mis hombros.

Mi estómago estaba lleno de mariposas chocando unas con otras haciendo una gran sensación de nervios.

"Dominio propio Esther" "Ten cuidado" "No confíes mucho en él" "Aléjate" "¿Por qué Dios? ¿Qué me quieres decir con eso?" Obedecí a esa voz y me aleje de él y le dije:

El camino de una luciérnaga [Novela Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora