El de gafas no mencionó nada más, se limitó a abrazar al ojiverde, que había llegado hecho un lío de lágrimas.
Juan Pablo Villamil llevaba saliendo con Gabriela cerca de tres años. Era una relación bonita, antes de que Morat empezará a girar.
Los celos cada que Villamil se iba, eran asfixiantes y ambos se habían dado cuenta de eso. Aún con todo, trataron de llevar su relación lo mejor posible.
Lastimosamente eso no se pudo, pues Gabriela entro en un estado de depresión cuando cientos de fans empezaron a acosarla, gritando a todo pulmón que no merecía a alguien como Villamil, persiguiendola a tal grado de hostigarla.
El castaño había prometido tratar de bajar los ataques, pero nada de lo que hizo funcionó.
Y ella se cansó de eso, buscando consuelo en alguien más.
—¿Por qué terminaron?
—Ella... Me engañó... Por mí culpa
Por otro lado, Simón Vargas llevaba un año de relación con una chica increíble. Nathalia Campos había logrado quitarle la mayoría de esas dudas respecto a lo que el sentía por... Bueno, por el castaño que sostenía en brazos.
Sin embargo, las mariposas y los nervios que sentía cada que el menor le hablaba habían vuelto y lo tenían atrapado por los brazos del contrario.
Trato de alejarlos, recordando como tiempo atrás le había contado lo que sentía y cómo el ojiverde había reaccionado.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
24 de Noviembre 2018
Habían terminado de hacer una dinámica llamada "Jenga Extrema"
Simón Vargas no cabía en la ropa de emoción ¡Había abrazado a Juan Pablo Villamil En frente de sus amigos y una cámara!
Le había dolido un poco el sentir que el menor se incomodaba pero ¡Lo había abrazado! ¡Por un reto! ¡Villargas fue real por unos instantes!
Terminando el programa, se dirigían al departamento de Simón, para coordinar cuando darían su siguiente entrevista.
Pasó la tarde, llegó la noche.
Y esos cuatro colombianos habían desperdiciado el día jugando el Mario Kart.
Cómo ya era costumbre, Isaza había sacado una de sus tantas botellas de vino, para amenizar.
Cuando se terminaron la botella, a Martín se le ocurrió una idea.
