♡Capítulo 2♡

329 35 18
                                    

La puerta de la cafetería se había abierto, dejando ver a un chico de sudadera azul entrar por esta, para luego sentarse en una de las mesas.

Fuiste casi corriendo hasta el cliente que acababa de entrar.

—Buenos días señorita —Saludó él con tono formal mirándote a los ojos, a lo que tu sonreíste a modo cómplice — Quisiera un cappucino y una tarta de zanahoria —anotaste su pedido, como solías hacer desde hace unos días, cuando Peter esperaba a que terminara tu turno para acompañarte a casa.

Había costado unas cuantas discusiones hasta que por fin accediste, dándote cuenta que en parte tenía razón, nada te aseguraba que lo que había pasado noches atrás no volviera a repetirse.

—¿Desea algo más, caballero? —le respondiste siguiéndole el juego.

—¿Le han dicho lo hermosa que está hoy? Si fuera posible, quisiera un beso de tan bella dama —Añadió con voz segura y una sonrisa coqueta. Soltaste una risita tímida, sentiste tu rostro sonrojarse por el comentario tan dulce y por un momento no sabías que responderle.

—Que descarado, proponiendo eso a una joven dama —Dijiste a modo de broma, reíste de nuevo y te fuiste a por su pedido.

No quisiste ver su reacción y simplemente te fuíste, esperando que se lo haya tomado a broma y no le haya mosqueado.

Le llevaste su tarta y su café a lo que él te dio las gracias amablemente.

Finalmente se había ido el último cliente. Te despediste de TK y fuiste hasta donde estaba Peter, quien te llevó a casa en su auto.

Llegaron a tu apartamento y le ofreciste entrar a cenar, a lo que él aceptó.

Sabías que tu amigo tenía un desastre de dieta. Vivía a base de comida rápida, sopa instantánea y macarrones. La única comida que era medianamente decente era el almuerzo que le daban en su trabajo. Cuando te enteraste no pudiste evitar regañarlo, él te dijo que igual hacía ejercicio y tenía un metabolismo rápido, pero aún así no quedaste convencida.

Desde entonces, si al llegar del trabajo no estabas completamente muerta, lo invitabas a cenar en tu casa.

Cenaron y hablaron de forma fluida y entretenida. Luego de que pasaran unas cuantas horas, él se despidió de ti y lo acompañaste hasta la puerta del portal.

—Que descanses —Le dijiste mientras le dabas un abrazo de despedida. Él te deseó lo mismo.

—Oh, casi lo olvido —cuando por fin se disponía a irse, regresó unos cuantos pasos hasta ti. —Cuando dije que quería besarte, no lo decía de broma. —Susurró en tu oreja, haciendo que su aliento te diera cosquillas con cada palabra que decía. Se giró, mirándote directamente a los ojos, con una mirada profunda y seductora, junto a su pícara y enigmática sonrisa. Se acercó más a tu rostro, tu corazón dio un respingo y sentías tu respiración detenerse, cuando te dio un suave beso en la frente.

Se despidió con la mano y se fue, dejándote plantada con las mejillas sonrosadas.

Por un momento, pensaste que iba a besarte.

Y no te habías movido ni un milímetro.

♡♡

Dejé de hablar cuando tenía 10 años.

Me volví callada, tímida, insegura. Mis padres intentaron todo lo que pudieron para hacer que volviera a estar como antes. Para volver a ser aquella niña que no paraba de hablar y correr por todos lados, pero nada servía.

Mi madre solía llorar frente a mí cuando no podía responderle a lo que me decía, cuando no importa lo que me dijera, me mantenía en silencio frente a ella, sin moverme, con mis brazos rodeando su cuerpo delgado en un débil abrazo.

JEALOUS [PeterxFem!Reader]Where stories live. Discover now