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¿Se lo digo? ¿O no se lo digo?

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¿Se lo digo? ¿O no se lo digo?

La rubia quitó la mirada de la ventana, volviendo su mirada hacia Anna, quien se encontraba cantando una canción del grupo Arctic Monkeys.

¿Anna?

—Si mi querido Solecito— esta sonrió levemente al oír la forma en la que su amiga la llamó—. ¿Estás bien? Te comportaste extraño después de conocer a Alden y a Padgett.

—Yo...— suspiró pesadamente—, te hablé de mi vecino, ¿te acuerdas?

—Si, ¿qué pasa con él? Tengo una maleta llena de cualquier tipo de cuchillos por si te hace algo.

—No— rio al imaginarse a su amiga llena de sangre a un lado de un muerto—. Cameron es mi vecino.

Un freno inesperado causó que Sol se fuera hacia delante. Agradeció a todos los dioses por haberse puesto el cinturón.

—¡NO ME JODAS SOL! Te gusta el rarito.

—¡ANNA! Yo, puede, pero eso no importa, mierda Anna.

—Dioses, estás maldiciendo— rio la chica volviendo a encender el coche.

—Anna, por favor, no sé qué hacer.

—¿Sabes? Creo que deberías de darle como un aviso, o algo así. No decirle de primera que es una apuesta, puede enfadarse o algo.

—Sí, creo que eso haré, gracias.

💛

Era el día siguiente, Sol fue despertada por su abuela. No tenía sentido comprar otro despertador si iba a llegar a la basura como los otros cinco.

Se levantó con pesadez de la cama, caminando hacia su armario, donde encima se encontraban las prendes que tenía pensado ponerse ese día. Estuvo asta tarde con Anna y Quinn hablando de todo lo que paso el tiempo que ella no estuvo. Y demasiado cansada anuncio a Cameron de que ese día, tristemente, no iría con él al granero.

Su camiseta pegada al cuerpo corta, era de un blanco semitransparente y unas caras sonrientes lo decoraban, en combinación se puso sus pantalones boyfriend, dando la impresa de unos muslos más grandes. Agarro los botines con cordones, los cuales tenían bastante tacón.

—¿Tortillas con miel Solecito?— pregunto su abuela una vez salió de su cuarto con los calcetines a medio poner, haciendo malabares entre su mochila y los zapatos.

—No tengo tiempo abu— sonrió en disculpa la rubia.

—No me vengas con eso señorita, seguro que Cameron no se molestará si tardas unos minutos.

—Abuuu— hizo un puchero, disimulando sus mejillas rojas se sentó en la silla que le señaló la mujer.

No pasaron más de unos minutos que la bocina de su transporte sonó, llamando por su atención.

—Ese es el sonido que anuncia mi ida abu, fue un desayuno asombros, nos vemos por la tarde. Te amo— grito una vez estaba ya fuera de la cocina.

Corrió hacia el coche, subiendo de un salto, dando un beso, como se hizo costumbre entre los dos, en la mejilla de Cam.

—Buenos días, Brin— saludo a la chica que escuchaba música en sus cascos—. Buenos días, Cam.

—Hola, Val— saludo con una sonrisa para proceder a encender el coche—. ¿No tendrás frío solo con esa camiseta?

Sol superó con pesadez, sabía que olvidaba algo por las prisas. La chaqueta de jean que tenía pensado utilizar la olvido encima de su silla.

—Olvide la chaqueta— paso una mano por su pelo, despeinando. Estaba frustrada.

—Puedes agarrar la que tengo siempre en los asuntos traseros, la tengo para casos de emergencia.

Una sonrisa tímida adorno adorablemente la cara de Cameron, causando que esta también sonriera con las mejillas sonrojadas.

💛

Era un periodo entre clases y Sol estaba buscando a Cameron, la habían invitado al karaoke en casa de Quinn y quería llevar al chico Kweller y a su amiga.

Se chocó con una chica que tenía los ojos pegados del teléfono, causando que se tropezara.

—Lo siento, no te vi— hablo primero Sol, sin ver que estaba hablando con la chica Swayer—. Padgett, te estaba buscando.

—¿A mí?— preguntó señalándose con un dedo, sin entender por qué la pequeña rubia, amiga de todos y el corazón más puro que podría existir quisiera hablar con ella.

—Sí, sí. Es sobre esa mierda de apuesta que pusiste— sonrió inocentemente, como si la amenaza que vendría fuera una conversación entre dos buenas amigas—. Mira, Cameron es mi amigo y te juro por todo, que si no le dices o llegas a hacerle una puta cosa, tú acabaras en un puto hospital con la cabeza sangrando, ¿comprendes o te lo digo en idioma idiota? Con mi chico no te metes perra.

Puede que Sol fuera como un sol, literalmente, pero esa corta conversación no estaba en los planes de la castaña. Sol pareció verdaderamente amenazante, aunque tuviera apenas un 1,65 con tacones.

I have un problema, pero este cap me encanto y no puede no publicarlo

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I have un problema, pero este cap me encanto y no puede no publicarlo.

¿Díganme que les pareció?

Sunflower | C. K. Onde histórias criam vida. Descubra agora