Capítulo 1

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25 de junio 2015

Cerré con fuerza la puerta porque estaba enojada con Anastasia por dejarme sola en la fiesta. Vale, no lo hizo, pero es que no tolero a Simón es un mujeriego y solo está jugando con mi amiga y eso me cabrea más porque no quiero ser esa amiga molesta que le advierte a su amiga cada momento que ese chico no le conviene. Y es que no le conviene y menos si se entera Alex, no creo que a él le cause gracia que su pequeña hermanita se esté besando con su mejor amigo.

Me llevo una mano a la frente porque lo que está haciendo Anastasia con Simón no me gusta y menos si Alex se entera, se va a volver loco y es un hermano sobreprotector. Y claro esta noche Simón hizo una fiesta a lo grande donde invitó a todo el mundo, pero Alex no fue o eso creo, ya que no lo vimos y estaba su novia, pero él no.

Tanteo por la pared buscando el interruptor de luz porque está completamente a oscuras la casa de Anastasia y no se escucha ningún ruido.

Solté una maldición cuando choque con algo duro que casi hace que me caiga, pero me agarra del brazo.

—¿Quién eres? —Dije asustada he intentado soltarme de su agarre.

Esa persona se agachó para estar a mi altura y acarició mi mejilla con cuidado que hizo que se cortara la respiración porque sé perfectamente quien es ahora.

—Un fantasma, rubia bonita—se mofó Alex con un tono travieso—. ¿Qué estás haciendo en mi casa? —Preguntó Alex, apoyando su frente contra la mía.

Solté un pequeño suspiro porque Alex me sacaba dolores de cabeza con sus actitudes. A veces era tierno, romántico y coqueto conmigo, pero después era frío, cortante e incluso enojón, además que tiene novia. He estado enamorada de él desde pequeña, pero supongo que no soy suficiente para él porque nunca me ha hecho caso aun cuando he intentado coquetear con él.

—Anastasia me invitó, pero me vine antes que ella y descuida que el padre Roció la va a venir a dejar.

Me solté de su agarre y le di un empujón porque aún no puedo perdonarlo a él y a Roció lo que me hicieron, vale la culpa no es de Alex en ese momento era libre, pero mi supuesta mejor amiga Roció sabía todo lo que sentía por Alex. Ella sabía lo mucho que me ha gustado Alex y aun así me traicionó besándolo en una fiesta frente a mis ojos. Es horrible ver como una persona en la que confiaba te traiciona de esa forma y más porque ni siquiera estaba tomando alcohol lo hizo porque quería hacerme sufrir.

Desde ese momento supe que no podía volver a confiar en ella jamás y preferí callarme y no decirle nada a Anastasia de lo que estaba pasando entre Rocío y yo. No me gusta causar problemas.

—¿Estás enojada? —Preguntó Alex con cierta burla en su tono.

«Es un maldito engreído»—lo insulté en mi mente una y otra vez porque muchas veces pensé que Alex no me miraba porque era mucho menor que él, pero ahora sé que no porque le devoró la boca a Roció. Simplemente no le gusto.

—No—conteste de forma cortante y soltándome otra vez de su agarraré—. ¡Quieres soltarme de una puta vez!

Él soltó una risa.

—¿Estás celosa?

Solté un bufido molesta porque si estaba celosa, pero él no tenía por qué saber y si él era un cabrón yo también podía serlo.

—¡Claro, muero de celos! —Exclame con una pequeña risa—. No te creas tan especial Alex. No estoy celosa y no tengo por qué estarlo tú y yo no somos nada más que amigos.

Se quedó callado, pero podía sentir su mirada fija en mí aun en la oscuridad.

—Ahora me voy a dormir.

Muy Parecido al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora