•El Homofóbico Y El Transexual• [RusMex]

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Lo vi irse después de lo que hablamos y las puertas del elevador se cerraron. Me sentía mal, me sentía horrible, no sé porque dijo eso...pensé que éramos amigos, pensé que después de la pequeña pelea que tuvimos en el restaurante, todo iba a seguir normal si me disculpaba; me duele el pecho y sentía que las lágrimas bajaban por mi cara.

Me senté en el piso del elevador tratando de respirar, sentía una presión horrible en el pecho que no me dejaba respirar bien.

¿Porque me dejaste así, Rusia?

Las puertas del elevador se volvieron a abrir y fije la mirada en la familia europea del gringo y él con ellos.

-¡Mexique! (¡México!)- Francia se acercó a mi y se agachó para ayudar a levantarme.

-Mister Mexico (Señor México), ¿esta usted bien?- preguntó UK acercándose a nosotros y ayudando a Francia a pararme.

-México, ¿que carajos estas haciendo aquí tirada en el elevador?- el gringo y Canadá se acercaron con sus hermanos detrás de ellos.

-Y-yo...me caí jeje- no me quedo de otra que mentir pero Canadá me miraba serio, como tratando de saber que pasaba.

-Te llevaré a casa- Canadá me abrazó de los hombros para apegarme a él y reconfortarme.

-C'est bien (esta bien), tengan cuidado por favor Canadá- dijo Francia preocupada y todos salieron del elevador dejándonos a nosotros dos en el elevador.

-I hope you are well, mister Mexico (espero que se encuentre bien, señor México)- dijo Nueva Zelanda con amabilidad y preocupación.

-Cuídese mucho, goodbye (adiós)- habló esta vez Australia despidiéndose mientras agitaba su mano.

-Brother, ¿no quieres que los acompañé?- se ofreció mi gordis bello pero Canadá negó.

-Ne t'en fais pas (no te preocupes), yo la llevó- sonrió y acarició mi cabeza levemente con su mano.

-G-gracias a todos- dije lo suficientemente audible para que me escucharán y se despidieron.

Canadá apretó el botón de la planta baja y se cerraron las puertas. Yo suspiré y me abracé a él fuerte.

-¿Qué te dijo?- acarició mi espalda y puso su cabeza encima de la mía.

-Q-que ya no quiere que nos h-hablemos...- volví a sentir mis lágrimas en mis mejillas -m-me odia y no sé la razón...- empecé a sollozar poniendo mi rostro en su pecho.

Escuché un suspiro de su parte y siguió con las caricias en mi espalda mientras se mantenía callado. Salimos del elevador una vez que llegamos a la planta baja para luego salir del edificio y tomar un taxi e ir a mi hotel.