∆Capitulo 13∆

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La biblioteca, silenciosa como siempre, nos daba abrigo y paz para estudiar a mí y unos cuatro

estudiantes más que allí nos encontrábamos. Estudiar supongo que es lo que hacían ellos, porque yo era incapaz de concentrarme, por lo que me había dispuesto a garabatear mi manual de

Desarrollo con flores y plantas de distinto tipo.


Mi falta de atención era causada por los descubrimientos de las últimas semanas, ya cada que descubría algo nuevo, mas perdida me encontraba, y para colmo no sabía de Kelian desde hace casi dos semanas, por lo que no había podido aclarar ninguna de mis bastas dudas.


Me encontraba ya a jueves, una semana y media después de los hechos del Domingo. Había hablado un poco con las hermanas por el grupo, pero solo había visto a Lilian en clase de matemáticas, quien parecía haberse repuesto del todo. Con respecto a Isaías y Verónica, a ella la veía todos los días, pues veníamos juntas a facultad, pero a él lo vi pocas veces, cuando la iba a recoger, y me había dirigido pocas palabras. Me frustraba no poder tener un momento para hablar con Isaías, pues, si había sido encomendado a vigilarme, tendría que haber un por qué, y yo quería descubrirlo. Por otro lado, las cosas entre ellos dos estaban bien, pero tensas. Vero me había contado que le había perdido la confianza, además de que no terminaba de procesar todo el rollo ese de salir con un Ángel. El día después de enterarse se había encerrado a comer helado en su habitación, y no pronuncio palabra a nadie hasta pasadas veinticuatro horas. Ya a esta altura estaba mejor, pero cuando le daba muchas vueltas se espantaba. Me confeso que si no fuera por lo muy enamorada que estaba, se hubiera marchado muy lejos.


Como si todo eso fuera poco, mi madre, quien cada vez pasaba más en casa, pero negaba que tuviera problemas con el hijo de perra de su jefe, me había vuelto a hacer, acordar luego de la nueva pesadilla que tuve el martes, que debería buscar a mi padre. Ella, al igual que Ángel, insistían en que ese hombre sabia el porqué de lo que me pasaba. Pero yo me negaba, puesto que no quería


rogar por ayuda a un hombre que ni si quiera se preocupó por criarme en los más tiernos años de mi vida.


Deje escapar un suspiro de frustración, no quería seguir dependiendo de los demás para que me contaran las cosas, así que decidí ponerme a investigar por mi cuenta. Saque mi laptop, la encendí


y entre al buscador, lo primero que busque fue "hijas de Lilith", pues eso me habían dicho que eran mis amigas. Leí varias páginas distintas sobre mi búsqueda, y en todas me encontré con que Lilith era una demonia muy antigua, casi tanto como Lucifer, que luego de haber abandonado a Adán en el jardín del Edén, había procreado cientos de niños, todos ellos o vampiros o demonios súcubos/íncubos.


La sorpresa no cabía en mí al descubrir la verdadera identidad de mis amigas. Ahora solo me quedaba saber si eran de la clase chupa sangre, o sea vampiresas, o de la de depredadores

sexuales, o sea súcubos. Luego de procesar la nueva información, busque mi nombre para ver si había algo que me diera algún indicio, pero fue un fracaso la búsqueda, desanimada apague la computadora y la guarde, tome mis cosas y me retire de la biblioteca.


Cuando me encaminaba a salir de la facultad me encontré con Verónica, quien habia quedado de recogerme a esa hora, pues quería ir conmigo a no sé qué lugar, y puesto que recientemente había conseguido su licencia de conducir, sus padres le habían prestado el auto por unas horas ese día.


-Hola Ángel- salude.


-Hola May -dijo contenta- ¿estas lista para un viaje algo largo?.
-¿Un viaje?- pregunte- ¿me quieres secuestrar acaso?.

Tres Mundos:El fin de los tiempos. [En Corrección]Where stories live. Discover now