19. Navidad concurrida

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Gideon Black se arrojó sin miedo a nada en la cama de Andrómeda; tanto ella como Lysander se despertaron asustados, con Gideon abriéndose paso entre ellos.

—Buenos días, solecitos —saludó él con una sonrisa radiante, apenas podían quedarse los tres sobre la cama.

—Te odio —le dijo Andrómeda con cansancio, aún no se adaptaba bien a la luz de la mañana.

—Sí, claro —rio Gideon, empujándola y tirándola a un lado, cayendo en el colchón de Timothy, quien ya se estaba desencamorrando por las voces.

—Estúpido —se quejó ella, levantándose y sentándose al borde de la cama.

—Parece que alguien no durmió bien, ¿qué hiciste, Scamander? —bromeó Gideon, apretándole los cachetes, ella le dio un manotazo y se levantó, seguida de Lysander.

—Eres un tonto —le dijo el rubio, frunciendo el ceño.

—Aún nos quedan muchas mañanas juntos, no se preocupen —el morocho les guiñó el ojo y salió corriendo para evitar recibir otro golpe, Lysander y Andrómeda se miraron entre sí, confundidos.

—Vamos, Tim —apremió Andy, mientras el muchacho se levantaba, intentando arreglar su despeinado cabello.

Los tres bajaron a la sala para encontrase con Gideon acostado en un sillón, Remus y Tonks en la cocina, mirándolo divertidos.

—Buenos días —Andrómeda los abrazó sin mucha energía; fue directamente a servirse una taza de café y endulzarla tal vez más de lo que debería.

Lysander y Timothy hicieron lo propio pues, aunque fuese en tiempos diferentes, los dos ya habían estado ahí y sabían dónde se guardaba todo.

—¿No despertaste a los otros flojos igual que a nosotros, Black? —preguntó Lysander dándole un sorbo a su café.

—Esos muchachos no necesitan que los despierte, su hambre lo hará —apenas respondió, Paul, John y Connor bajaron las escaleras empujándose entre sí con camaradería, hasta que el joven Lupin casi se resbala del último escalón.

—Lo siento, Lupin, te quedas sin café —se burló Paul, sirviéndose las ultimas gotas y mirándolo con una sonrisa de suficiencia.

—Idiota —dijo John como única respuesta, arrimando a Gideon para poder sentarse en el sofá—. ¿Dónde está Teddy?

—Él y Victoire fueron a pasar la mañana con los Weasley, volverán para la cena —respondió Remus con tranquilidad—. Y yo debo ir a completar unos pendientes, así que, por Merlín, compórtense —le dio un tierno beso a Tonks y salió de la casa sin más explicaciones.

Andrómeda alzó una ceja, esa actitud era cuanto menos sospechosa, pero por un momento dejó que los adultos actuaran como adultos y así ella podría actuar como adolescente.

—No pongas esa cara —la regañó Tonks con una sonrisa—, todos ustedes tienen trabajo qué hacer, para ayudarme aquí en la cocina.

—Con mucho gusto —respondió Connor, Paul casi escupe su café por la risa, el comportamiento de su amigo lo extrañaba y divertía en partes iguales, pero lo que encontraba más gracioso eran las expresiones de John cada vez que el muchacho abría la boca.


*****

Gideon y Paul Black fueron los primeros en bajar después de alistarse para la cena, ambos vestidos con trajes en color negro y corbatas roja y verde respectivamente, esperando ver a sus padres en cuanto estuviesen en el piso de abajo.

Andrómeda Lupin y la tercera generaciónWo Geschichten leben. Entdecke jetzt