TEN. ─── Déjame sobrevivir.

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❪ O1O

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O1O. ─ Todo lo que soy ,, ⟶ .·. ⊹. ,( 🕛 ) ° .

Para cuando noté que Zoë me vigilaba, el muñeco de entrenamiento había quedado decapitado y estropeado en todas las areas libres posibles. El frío que antes sentía había desaparecido de cada poro de mi piel, reemplazado por el calor embriagador de la irá.

───No es muy educado de tu parte espiarme.

───Mi señora me pidió que te cuidará───.Dijo viendo con diversión al pobre muñeco.

───No, te pidió que actuaras como ella lo haría mientras no está.

───Entonces sigo las ordenes estupendamente, porque es exactamente lo que mi señora estaría haciendo de estar aquí───.Me miró, tenía unos ojos parecidos a los de Quirón que siempre parecían empañados por el peso del tiempo ───Cuidarte.

───No necesito que nadie me cuide───.Clave a Tenebris justo en el centro del muñeco, la hoja atravesó la madera y la paja.

───¿Qué tan bien usas el arco?

───¿Lo preguntas en serio?───.Fruncí el ceño ───Soy hija de tu señora y del mismísimo Apolo, ¿tú que crees?

───Pruébalo───.Dijo mientras se quitaba el arco del hombro y me lo tendía junto con una flecha ───Las dianas están al otro lado del campo, dales.

───Tú sí que eres rara.

Pero de todas maneras acepte el arco y la flecha. La nieve había dejado de caer hacia unas cuantas horas y los rayos modestos del sol se dejaban entrever por las densas nubes, así que el campo estaba despejado, tensé el arco y apunté.

Tome tres respiraciones profundas y deje ir la flecha. Por un momento creí ver como la flecha se deslizaba por la madera y salía volando directo a la diana.

Y habría dado en el centro de no ser por una piedra, el impacto desvío la flecha hacía el centro de un árbol. La cazadora tenía una resortera y un puñado de piedras en la mano.

───Demasiado lenta.

───Pero eso es trampa, sino hubiera sido por...

───Fuiste lenta───.Me interrumpió ───Cualquiera de mis hermanas habría podido darle al blanco.

───Pero...

───Otra vez.

«Otra vez». «Otra vez». «Otra vez» «Otra vez». Para el final de la mañana me había cansado de Zoë, de esas dos miserables palabras, de las flechas y el arco, y de mi lentitud al disparar.

Las yemas de mis dedos protestaron una vez más mientras tensaba el arco y aferraba con dos dedos los costados de la flecha que ya había dejado raspones en mi maltratada piel, relaje los hombros mientras el pulgar me rozaba la comisura de los labios, solté todo el aire de mis pulmones a medida que soltaba la flecha, está se deslizó por la madera con un chasquido.

³ 𝘽𝙍𝙊𝙆𝙀𝙉 𝙃𝙀𝘼𝙍𝙏, annabeth chase. ✓Where stories live. Discover now