Tardes en la sala.

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Separo mi trasero de aquella silla que tanto me ha estado apresando durante estos últimos meses y camino hacia la cocina, recuerdo que no he comido nada más que el rollo de canela que me trajo Bruce en la mañana, cuando se enteró por un pajarito que me desperté tarde y no había tenido la oportunidad de desayunar.

Bruce es un amor.

Llego y me encuentro con Wanda, quien está sirviendo un par de vasos de jugo.

No sé qué me pasa, quizá es el cansancio, pero en cuanto la veo, la abrazo, y ella sin dudarlo, me devuelve el abrazo de una forma maternal que me da nostalgia, porque no recuerdo la última vez en que fui abrazada de aquella manera.

-¿Está todo bien? -pregunta mientras acaricia mi pelo y me hace mimos.

Yo asiento y sonrío -Está bien, todos necesitamos uno de esos de vez en cuando -sonríe y se vuelve para guardar el jugo en el refrigerador.

Agarro un paquete de galletas de la alacena y me voy a sentar en el sofá, Bucks, Peter, Clint y Tony se encuentran ahí, lo cual me parece una sorpresa, porque generalmente Bucky y Tony se encuentran peleando hasta por la mosca que va pasando por ahí, pero ahora no se escucha más que la película que únicamente Peter está viendo.

-¡Miren quién está fuera de su cueva! Qué milagro, ¿No se va a caer el cielo? ¡Cierren todas las puertas y ventanas! -dice Clint, muy animado haciendo que el resto voltee hacia mi y me pongo un poco roja por la atención, pero aún así me río.

-Cállate, flechitas y hazme un espacio, que me quiero acostar.

Bucky se recorre y Peter palmea el espacio que me han dejado -Muchas gracias, caballeros -le dirijo una mirada a Clint y le enseño la lengua.

Me siento y pongo las piernas estiradas en la mesa del centro.

Parece que Tony tiene un sexto sentido y en cuanto las pongo, él voltea hacia mi y me tira las piernas con su mano.

-¡hey! ¡¿A qué viene eso?! -me quejo.

-¿Hablas en serio, _____? ¿Tienes idea de lo que cuesta eso? Probablemente más que tus pies y piernas.

Ruedo los ojos y me quito los zapatos y vuelvo a poner mis pies encima de la mesa, pero Tony vuelve a tirarlos -¿Y ahora? Ni siquiera la estoy ensuciando, genio.

-No, pero la vas a dejar oliendo a patas, inteligente -hace una pausa -Ve y tráeme unas galletas, porfavor.

Ruedo los ojos, sonrío y me levanto.

Voy corriendo a la cocina y agarro otro paquete de galletas, sin embargo, lo dejo caer adrede -¡ups! -grito para que piense que fue un accidente y las piso un poco, no tanto porque al final son galletas y la comida es sagrada, así que no la quiero tratar tan mal, regreso a la sala y se las lanzo, pero no se da cuenta y le caen en la cabeza.

Cuando las agarra, me mira furioso, pero ignoro su mirada, mientras le comparto de las mías a Peter y Bucky me toca el hombro y me jala de la manga para que también le de.

-¿Qué es esto? -pregunta, lo enojado se le nota por cada cuerda vocal, y me aguanto las ganas de reírme, en su lugar, me encojo de hombros.

-¿Galletas?

-No, están echas moronas, esto son a penas galletas.

Lo miro con una ceja alzada -pues debiste atraparlas, fue tu culpa que estén rotas, ¿yo qué?

-Ve por un tazón y ponle leche.

Ja, ¿y este? ¿quién se cree?

Chasqueo la lengua -Pues ¿quién te crees que eres? No necesito un hermano para que me andes mandando a tu gusto, ladilla.

Él se para, me mira a los ojos y se acerca a mi -oh, pero yo no soy tu hermano, querida.

Bucky le pone el antebrazo en el pecho, separándolo de mi -Bueno, ya está, puedes irte por tu bowl con leche, Stark.

Chasqueo la lengua, ruedo los ojos y me voy de la sala con unas cosquillas en el estómago. 

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