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Timestamp; birthday boy

Se acerca el cumpleaños de Louis y Harry está decidido a hacerlo bien. Intenta lidiar con sus nervios. De alguna manera.

Pronto es el cumpleaños de Louis, y Harry ha pasado las últimas semanas haciendo todo lo posible para no entrar en pánico.

Miren, va a ser completamente honesto: nunca antes había celebrado un cumpleaños. Ni el suyo ni el de nadie más. Es decir, por supuesto que él conoce los conceptos básicos de la idea: das regalos, comes pastel, haces que la persona en cuestión se sienta apreciada y vista por un día. En realidad, no es precisamente ciencia espacial.

Pero la cosa es que, para Harry, bien podría serlo, es tan extraño para él involucrarse en este tipo de cosas que, francamente, es vergonzoso. Es muy, muy vergonzoso que cosas como esta le den miedo y le causen estrés. Ha trabajado en la Tierra durante años , incluso en los cumpleaños, así que diría que tiene una idea bastante clara de qué actos y factores harán que un cumpleaños sea malo, sabe más o menos exactamente qué evitar, y sin embargo, tiene sudores fríos dos veces al día pensando en esto. Es estúpido que aparentemente no haya aprendido lo suficiente. Es terrible que sea tan jodidamente inseguro.

Pero, dios. Dios. ¿Qué regalo podría hacerle a Louis?

Eso ha estado molestando en el fondo de su mente durante semanas . ¿Qué quiere Louis? ¿Qué cosa material, que Harry puede ofrecer, haría que Louis se sintiera adecuadamente satisfecho, feliz y visto? ¿Qué es lo suficientemente personal, lo suficientemente valioso?

Louis es mucho mejor en estas cosas. Deja pequeños maceteros de rosas y elegantes coronas de flores alrededor del dormitorio de Harry todo el tiempo; le ha hecho pulseras y collares desde la única vez que Harry le dijo que le gustaba la forma en que se veía. Regalar cosas es como respirar, es tan casualmente dulce de una manera que Harry todavía apenas sabe cómo hacerlo. Harry todavía tiene mucho que aprender cuando se trata de conjurar la felicidad en los demás.

(Maldita Eris)

Ahora, no lo malinterpretes; no es que Harry no intente malcriar a Louis cada vez que tiene la oportunidad. Llevar bocadillos de estudio de Louis a la biblioteca es más o menos una rutina diaria a estas alturas, al igual que las citas para cenar a las que lo invita al menos una vez a la semana. También le gusta hornear, de vez en cuando; lo probó una vez con las hermanas de Louis, y extrañamente le calma los nervios y, además, a Louis le encantan los dulces. Harry le prepara pan de plátano y muffins de frambuesa con bastante frecuencia.

Dios, ¿todas las cosas que le da a Louis son realmente solo comida? ¿Qué le pasa?

Harry siente un fuerte y abrumador impulso de arrancarse la mitad del cabello. Solo se abstiene porque sabe que se arrepentirá instantáneamente después.

Bien, entonces. Independientemente, un cumpleaños normalmente requiere más que una magdalena; Harry necesita un buen regalo. Un buen y sincero regalo que revele lo bien que Harry conoce a Louis y lo mucho que lo ama a la vez. Porque lo hace, ama tanto a Louis que le duele el cuerpo. Y ahí es donde simplemente falla. ¿Cómo podría encontrar algo lo suficientemente bueno? ¿Cómo podría él, cómo podría Harry , posiblemente darle a Louis el cumpleaños que se merece? Harry, ¿quién no se sentiría cómodo o seguro haciendo esto por nadie, y Louis, que se merece todo lo bueno que alguien pueda dar?

Solo quiere hacer feliz a Louis. Eso es todo lo que Harry siempre quiere. Hacer feliz a tu novio no debería ser una gran dificultad psicológica; probablemente por milésima vez, Harry piensa eso, sí. Louis probablemente se merece algo mejor que él, de hecho. A eso se reduce todo.

Lo hace, pero Harry no se detendrá ante nada para hacer todo lo posible por merecerlo.

Si tan solo tuviera a alguien a quien preguntar sobre estas cosas. Alguien a quien dar una valiosa aportación. Una persona sensata e inteligente que seguramente sabe de lo que está hablando, tal vez alguien que hace esto para ganarse la vida, incluso. Un experto certificado en todo lo relacionado con el amor.