Capítulo 2: Chiripa.

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Ya habían pasado unos días desde que Tsuyu conoció a aquel enfermero que al parecer, era nuevo en aquel sector, ya que parecía tener experiencia laboral

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Ya habían pasado unos días desde que Tsuyu conoció a aquel enfermero que al parecer, era nuevo en aquel sector, ya que parecía tener experiencia laboral.

Asui se emocionaba cada vez que lo veía pasar fuera de su habitación, o cuando la observaba de reojo mientras acompañaba a algún doctor para ver el estado de la chica.

Se sentía una infante de lo feliz cuando este fue en una ocasión a dejarle el desayuno. Tal y como en esta ocasión. El chico dejó un botecito de pastillas, un jarro de leche que ahora parecía ser achocolatada, junto con el sándwich de queso con jamón, pero esta vez, estaba caliente, y el queso derretido.

Los ojos de la muchacha brillaron y una sonrisa se formó en sus belfos. Bakugo tiró de la comisura de sus labios en una leve sonrisa como respuesta, y luego abrió las persianas de la habitación lo suficiente para que la luz entrase con debilidad, pero dándole tonos cálidos y vívidos a la habitación.

- Provecho. - Mustió caminando hacia la puerta.

- Espere. - Espetó la chica, deteniendo a Bakugo. Parecía que fue una palabra dicha con impulsividad, puesto que cuando este se detuvo y volteó, pareció que su mente automáticamente se quedó en blanco. - A-ah. -

- ¿Hm? -. El chico alzó una ceja.

- Puede.. ¿Podemos tomar desayuno juntos? -. Katsuki la miró detenidamente y luego salió de la habitación.

La chica de inmediato comenzó a reprocharse internamente. Parecía que lloraría de la vergüenza, o eso indicaba la forma en la que sus manos temblorosas apretaban las mantas a sus lados.

Apretó con más fuerza, y sintió que su respiración se aceleraba junto a sus pulsaciones. ¿Realmente le había pedido aquello? Se sentía.. Quizá aprovechada de la hospitalidad de las personas que estaban ahí para atenderle.
Pero lo peor era imaginar que le generó una imagen desagradable al muchacho.

Sin embargo, todos esos pensamientos se exaltaron cuando Katsuki volvió a entrar, esta vez con una taza de café.

- Bien. - La miró con un semblante suave. - ¿puedo? -. Preguntó señalando a pies de la cama.

Asui sonrió ampliamente y asintió de inmediato, entonces el chico tomó asiento en el lugar señalado.
Tsuyu sin poder quitar la sonrisa de sus belfos, tomó el sándwich y entonces inició una charla con el enfermero.

Al parecer se había graduado de enfermería hace año y medio, y actualmente estudiaba para un rango más alto, doctor. Tsuyu oía entretenida al chico, estaba feliz de poder compartir con una persona ahí. Ya no se sentía la atmósfera solitaria, era tranquilizante tener a alguien con quién charlar, incluso si ella no era alguien muy comunicativa.

El muchacho con aquella apariencia personificaba a alguien duro, e incluso aterrador, tenía unos ojos que irradiaban tenacidad sobre un cansado rostro, y su cabello tan explosivo indicaba algunos problemas, pero la trataba a ella con tanta delicadeza, que todo pensamiento de que era una mala persona se esfumaba enseguida.
Para Asui era la persona más amigable que había conocido, de las pocas que conocía, era él, Bakugo.

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