|Capítulo 03|

2.2K 330 47
                                    

Labios abultados que formaban una mueca extraña, ojos rasgados pero intensos bajo una cortina de largas pestañas, ojos que no dejaban de observarla desde hace algunos minutos. Se removió incómoda sobre la dureza del sillón, con sus piernas perfectamente cruzadas como le habían enseñado desde niña. No sabía cómo empezar la conversación.

─ Seguro te debes de estar preguntando la razón de mi visita tan inesperada ─ habló Gigie, esperando romper el incómodo silencio.

─ Eres muy hermosa ─ comentó Gulf sin algún sentimiento oculto, ignorando sus recientes palabras.

Si bien sabía de su existencia jamás tuvo la oportunidad de conocerla personalmente y no podía negar lo que saltaba a la vista. Ahora entendía porque había sido elegida como la prometida de Mew. Serían la pareja perfecta. Lo que le causaba tremendo dolor, solo que no cabía la posibilidad de que ella supiera ese detalles, más aún, no tenía muy en claro las intenciones de su visita.

─ Gracias por ese cumplido ─ le sonrió ─ Pero no estoy aquí para escuchar alagos.

─ ¿Y por que estas aquí? ─ cuestionó arrugando el ceño y la nariz.

─ Necesito hablar contigo sobre Mew ─ respondió ella disipando el repentino pensamiento sobre que le parecía muy adorable la expresión de su rostro.

─ ¿Acaso vienés a decirme que me aleje de él? No tienes que tomarte las molestias, por si no lo sabes ya no somos nada. Así que pueden cansarse o lo que sea ─ pronunció con voz cansada. Su semblante se volvió duro y frío.

─ No es eso, lo que intento decirte es que...

─ De verdad no me interesa lo que tengas que decirme. Lo mío con Mew quedó en el pasado.

─ Escuchame por favor..

─ No lo necesito, será mejor que te vayas ─ dijo necio y obstinado.

─ ¡Intento decirte que no tengo nada con Mew! ─ bufó ─ ¿Me vas a dejar hablar?

─ ¿Como?.. ─ dejó caer la taza de té de sus temblorosas manos.

Solo se podía escuchar el seco sonido de vidrios quebrados y el líquido oscuro esparciendose sobre el suelo limpio. Rápidamente Gigie se levanto tomando las manos de Gulf que parecia estar temblando y él se dejó tocar por la bajita extraña. La analizo de pies a cabeza, y se dio cuenta de que ella pertenecía al mundo de la clase alta, el reloj de oro que llevaba en la muñeca izquierda le dejo saber todo.

─ Lo siento, no fue mi intención asustarte.

─ Los vidrios... Tengo que limpiarlos..

─ Dejame ayudarte, por favor ─ dijo viendo la sangra que brotaba de su dedo cortado ─ ¿Tienes botiquin de primeros auxilios?

─ Está en el baño.. ─ indicó algo aturdido sobre la puerta al final del pasillo. No sentía dolor, ni siquiera sintió el corte hasta que vio la mancha escarlata sobre su dedo.

Al momento de llegar con un pequeño botiquín en sus manos, Gigie tomó la de Gulf con delicadeza, el tacto de esa mujer era cálido como si fuera una madre quien curaba las heridas de su niño. Un reconfortante sentimiento nació dentro de él. Lo que le hacia cuestionarse muchas cosas ¿Como iba a odiarla? Ella parecía un Ángel, con aquella cabella castaña que caia sobre sus hombros y esa suave sonrisa que adornaba sus finos labios.

─ ¿Te duele? ─ le preguntó ella envolviendo el dedo con una curita con delicadeza.

─ Estoy bien, solo fue un corte menor ─ dijo Gulf tomando con cuidado los pedazos de vidrios. Al instante se perdió por una puerta que daba hacia la cocina.

 Dentro De Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora