Departamento.

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Han pasado aproximadamente dos meses desde que regresaron de París y casi veintidós días después del cumpleaños de JeongIn, JiSung no puede sentirme más feliz.

Su relación con MinHo aunque sigue oculta, se ven con mayor frecuencia, incluso si saben que MiYeon está detrás de ellos. El mayor lo procura y se desvive por él, lo lleva todos los días a casa, los viernes tienen citas en cualquier lugar y hasta han comenzado a pasar algunas noches juntos.

JiSung no se queja, MinHo le compra y consiente todo lo que quiere, sobre todo ahora que están cerca a su cumpleaños. Faltan alrededor de quince días y MinHo siempre le regala algo. Es simplemente maravilloso.

"¿Dónde pasarás navidad?" Lee acaricia la suave y desnuda espalda del omega recostado sobre su pecho.

"Mmm... Supongo que iré con mi familia." Murmuró acercándose más al cuerpo del alfa.

"Podríamos pasar un rato juntos, ¿Te gustaría?" Ante la pregunta JiSung se levantó rápidamente sorprendido.

"¿En serio?" Cuando MinHo asintió se subió sobre el abdomen del alfa. "¡Por supuesto!" Lo tomo de las mejillas para dejar pequeños besos sobre los labios rojizos del mayor. "Gracias, gracias, gracias." Repitió una y otra vez haciendo reír al mayor.

"Es tu cumpleaños y quiero darte un regalo ese día." Acarició los muslos desnudos con pequeños círculos imaginarios.

"¿Otro?" Levantó sus cejas con sorpresa. "Ya me has dado muchos."

"Pero te quiero dar otro. Voy a llenarte de regalos todo lo que pueda y quiera, te llenaré tanto que no tendrás dónde ponerlos ya lo verás." Nuevamente se rieron antes de besarse con mayor intensidad.

"Puedes llenarme también de otras cosas y tampoco me molestará." Guiñó JiSung coqueto. Los dos se rieron antes de sumergirse debajo de las sábanas nuevamente.

Finalmente el cumpleaños llegó y con el todos los regalos que MinHo le había prometido, sin embargo, aquel día en definitiva fue extravagante.

Para empezar un día antes habían cenado juntos en un restaurante carisimo y precioso, JiSung probó el champagne más dulce y caro que pudo saborear en su vida para después ir al departamento del omega y pasar una noche entre risas y pasiones escondidas.

MinHo sabía que iba a tener muchos problemas cuando el 24 llegara a casa pero no le importaba. No cuando tenía a un omega precioso a su lado.

JiSung era un pequeño pedacito de sol que incluso en los peores días iluminaba, a su alrededor todo era chispeante y felicidad, mantenía siempre una energía atrayente y envolvente que sería capaz de encapsular hasta el mismo presidente si se lo propusiera.

Era bellísimo. Su estatura pequeña lo hacía lucir muy tierno, la forma en la que se acomodaba el flequillo de cabellos cortos y dorados a la vez que sonreía con pequeñas arruguitas en las esquinas de sus ojos azul profundo lo hacen parecer una obra de arte.

No quiere ser obvio, pero lo es, está enamorado de JiSung. Cada vez que se sienta frente a él y se toma unos segundos para mirarlo, no importa si tiene sobre él el sol o la luna, JiSung brilla. Brilla tanto que opaca a cualquier persona y te hace perder totalmente, incluso él se siente muchísimo menos que JiSung y no importa, ni siquiera intenta disimularlo o intenta alcanzarlo porque sabe que no puede, es imposible porque nadie nunca jamás en la vida estará a la altura que está Han JiSung.

Es precioso, tranquilizante y natural. JiSung es paz y adrenalina al mismo tiempo, es felicidad y peligro, amor y pecado. JiSung lo es todo en el mundo de MinHo aunque no lo admita en voz alta, es un huracán de sentimientos y emociones que van a desbordarse algún día. Representa todo lo bueno y lo malo, pero está bien, ni siquiera le importa porque cualquier cosa que JiSung pida, quiera o desee será cumplido porque JiSung es un rey que podría hacer parecer lo peor del universo como lo más bello y perfecto, así que MinHo se dedicará a tratarlo como el dios qué debería ser.

Amantes ☞ MinSungOù les histoires vivent. Découvrez maintenant