Encantador romance [Douxie y tú]

Capítulo 1

—Te dije que dejaras de lanzar la lata—regañaste a tu novio intentando que la risa no cortara tus palabras.

—Ya, ya ¿Quieres que diga que tenías razón?—contestó él con dificultad mientras intentaba meter su brazo lo más profundo bajo el mueble que sostenía la televisión para recuperar la lata con la que había estado haciendo malabares anteriormente.

Hacía un tiempo que habías comenzado a salir con este chico, el cual conociste en aquel bar. Tan solo hacían unos meses, pero te sentías encantada por él. Te hacía reir, te sorprendía con cualquier cosa y disfrutabas de cada una de sus ocurrencias. Sentías que habías tomado la mejor decisión de tu vida al extenderle esa servilleta con tu número. 

Tomantes al gatito negro que miraba atento a su dueño y lo apoyaste en yu regazo para acariciarlo.

—Podemos ir a comprar otra, Douxie—dijiste—. Archie se morirá de hambre. Está muy atrás, no podrás sacarla.

Se incorporó sobre sus rodillas y empezó a mirar hacia todos lados en el departamento. De repente señaló hacia la cama.

—¿Puedes fijarte si en la mesa de noche hay otra? Creo que dejé una ahí.

Te levantaste y emprendiste camino hacia allí mientras cuestionabas en voz alta:

—¿Por qué dejarías una lata de atún en la…?

—¡Listo!

Para cuando te diste vuelta, él se estaba parando con la lata en la mano.

—¿Cómo lo hiciste?—preguntaste sorprendida mientras te acercabas a él.

—Es solo un truco de magia—contestó para luego darte un beso en la frente—Ten. Dale tú la comida, además tú se la compraste.

—¿Así sí me querrá?—Viste a Archie con una sonrisa.

—Ya te quiere, es solo que tiene mucho orgullo como para expresar lo que siente.

Reíste.

Esa noche fue igual de hermosa y mágica que las demás. Douxie prestaba atención a cada una de las cosas de tu trabajo que a otros les parecían aburridas y tú podrías quedarte toda la noche oyendo de sus viajes interminables. No entendías cómo con solo veintiséis años había viajado tanto. 

Finalmente, se hicieron las diez y, por más que tu corazón pesara, debías irte, pues era peligroso salir tan tarde a la calle.

—No, no, no. Quédate—te rogaba él, al mismo tiempo que te abrazaba con fuerza—. Yo dormiré en el sofá. Lo prometo.

—¿Cómo voy a dejar que duermas en el sofá en tu propia casa?—cuestionaste entre risas. Tampoco querías que te rogara tanto, solo un poco para quebrar la poca voluntad que te quedaba—Me quedaré y dormiremos juntos, pero debes prometerme que te portarás bien…

No te dejó terminar, pues tomó tu rostro y besó tus labios con pasión. Le correspondiste el beso a pesar de que sabías que lo regañarías luego. No tardó en hacerse lugar dentro de tu boca e infiltrar su lengua juguetona. Parecía que había deseado hacer eso durante todo el día. El pircing de su lengua parecía tomar calor con las danzas prohibidas que estaban tendiendo sin piedad. Sin embargo, cuando sus manos bajaron intrépidas hasta tus caderas, lo separaste—a pesar de arrepentirte al escuchar el sonido de sus bocas alejarse—.

—Ya...si no te portas bien—intentabas decir con la respiración quebrada—, no me quedaré.

No apartaba su vista de tus labios y tú tampoco hacías algo distinto, por lo que viste en primer plano su boca torcerse en una sonrisa espectacular y a su lengua rescatar tu saliva de sus labios. 

—Lo prometo—accedió luego. Asentiste, a pesar de que sabía que deberías recordarle esa promesa hasta el momento en que te duermas o, de última, hacerlo dormir en el sofá—. Entonces traeré algo que compré para tí ¡Tus favoritos!

Corrió a la alacena y sacó un gran paquete de Dori2. Eso fue todo lo que necesitó para despejar cualquier duda que hubiese quedado en tu mente.

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¡Hola, corazones!

¿Cómo están? Yo completamente saturada por eso decidí publicar uno de los cinco fanfics de Douxie que tengo en mis borradores.

No sabía si colgarlo por acá o en tumblr, pero finalmente me decidí por la vieja confiable, como este papucho.

Bueno, con esta pequeña historia planeo practicar mi escritura para la publicación de Kilian II, así que espero que disfruten esto (a parte me va a ayudar a despejar mi mente).

En fin, nos vemos el próximo capítulo ¡Besos!