𝐏𝐀𝐑𝐓𝐘 - Julián Álvarez

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Oriana Biscay

—No me digas así que parezco un boludo —dice Matías haciéndose el serio

—Lo sos —me salió de la nada y Julián largo una risita silenciosa

Esa sonrisa, esa sonrisa es a la que extraño.

—Cállate, che Juli ¿Me querés llevar a la casa de Fran en el auto de mi viejo? Porque con Oriana puedo morir

Ah bueno, primero me dijo que manejaba re bien y ahora me saca el cuero delante mío, lo peor es que siendo Matías seguro hace eso.

—Por mi no hay problema, pero a Oriana capaz que le molesta —dice Julián con la mirada fija en mi primo

¿Por qué no me mira? ¿Le hice algo? No, no le hice nada.

—No ¿Por qué me molestaría? —dije con una media sonrisa

—¡Genial! Vamos que se me hace tarde —habló Matías corriendo para el auto

Ahora entiendo todo, es otro de sus planes para que yo esté sola con Julián... Y ¿Poder hablar? Realmente no lo sé, pero estoy casi segura que si. Julián camino hasta el auto silencioso mirando el suelo, mientras yo desde atrás observaba su pelo, era lindo, el castaño claro más lindo que ví jamás. Él se dió cuenta que lo estaba mirando y giró su cabeza disimuladamente para poder verme pero me hice la boluda, pero él se dió cuenta.

—¡Vamos muchachos! —interrumpió Matías desde la ventana de atrás del auto

Entonces yo tendría que ir a delante, no lo dejaría ir solo a delante ¿Que es... un taxi? No, entonces no me queda otra que ir a delante con él, no me molesta pero creó que sería incómodo ¿No?. Julián se subió al asiento del piloto y Matías le pasó las llaves, Julián me miró de reojo por el espejo del auto sin decir nada mientras yo estaba dura pensando si ir de copiloto o atrás.

—Dale nena subí —dijo Matías y eso hice, me subí, de copiloto sin decir una palabra

El camino hasta la casa del amigo de Matías no fue silencioso, pero tampoco hablado, solo hablaban Matías y Julián, bah, en realidad solo hablaba Matías, porque es lo único que sabe hacer.

—Bueno, gracias nos vemos... En algún entrenamiento y llévenle el auto a papá ¡Gracias! —dijo él y salió corriendo adentro de la casa

—¿Podemos hablar? —pregunté sin dar más vueltas

Él me miró son una media sonrisa y asintió.

—Soy muy exagerada y te pido perdón, solo quiero que todo vuelva a cómo estaba antes, sé que no se va a poder pero por lo menos quiero que por lo menos volvamos a cuando ibas a mi casa estamos todo el día con la Play —dije con una sonrisa a recordar esos días —Nada va volver a cómo estaba antes pero... Te extraño, y mucho —hable mirándolo a los ojos —Te extraño y me hace mal verte y no poder por lo menos abrazarte, no sé si te pasa lo mismo que a mí, pero es así. Cuando dijiste “amaban” se me vino todo abajo, yo... Yo lo sigo haciendo —admití nerviosa —Entiendo que vos no lo hagas, pero quiero que sepas que yo ese veinticuatro después de la cena fue lo mejor que me pasó, y todo lo que te dije era cierto. Soy tan insegura que no sé si lo que me dijiste era cierto, muchas veces en la noche me quedo pensando si era cierto o no, pero la realidad es qué me duele verte y no poder hacer nada... Te extraño

Iba a seguir hablando cuando siento su boca contra la mía, era demasiado lo que lo extrañaba. El ritmo de sus labios y los míos era lento y tierno, era un beso que los dos necesitábamos pero aún así era tierno y no desesperado, sus labios parecían los más lindos de todos en este planeta, eran suaves y lindos en todos los sentidos. Nos separamos, los dos nos mirábamos a los ojos sin decir nada.

—Yo también te extraño, y sí, todo lo que te dije fue y es cierto, te amo más que a nada en el mundo, no puedo estar sin vos. No me importa ninguna otra, solo vos, Oriana Biscay —con sus manos en mi cara

—Te quiero —dije yo sonriendo con boba

—Y yo... Te amo

En ese momento mi corazón estaba a mil, no sabía cómo reaccionar ¿Era tanto el poder que él tiene en mí? Se ve que sí. Mis cachetes se pusieron rojos como tomate.

—Te amo —dije yo y volví a unir nuestros labios

FIN.