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— Doctora Ori...

Ella levantó la vista de su escritura posando encontrandose con un par de soldados en el umbral de la puerta de su consultorio. Trato de recordar sus nombres, lograndolo solo con uno, el más alto Berthold.

— Hola! Que sucede?— Dejo de lado su pluma para invitarlos a pasar, ambos lo hicieron en silencio quedándose de pie frente a su escritorio.

— Queríamos preguntarle algo.— El rubio más bajo hablo, Orianna asintió moviendo sus hojas con cuidado para ponerles suma atención.

— Adelante, soy toda oídos.— Sonrió amablemente, el muchacho trago saliva nervioso.

— Es verdad que usted comenzará a reclutar hombres para su tropa médica?— Pregunto Berthold tras el rubio que se había quedado callado.

— Donde escucharon eso?

— Solo por rumores.— El rubio dijo casi con pánico, Ori sonrió levemente queriendo calmarlo.

— Así es, empezaré con el reclutamiento en unos días. Por qué? Quieren unirse?

Los ojos de la doctora brillaron ante la idea, Reiner trago saliva nervioso y Berthold fue el que negó.

— Nos gusta estar en la legión de reconocimiento. Pero en verdad queríamos saber, si usted cree conocer todo lo suficiente para ayudar a los soldados.

Ori parpadeo confundida ante la pregunta.

— No, no conozco todo. Aún me falta mucho por aprender. Aún no hay medicinas para ciertas enfermedades, ni tratamientos capaces de calmar el dolor. Sería maravilloso que existiera una medicina que pudiera quitar el dolor en las operaciones.— Comento con entusiasmo.

Los soldados se vieron entre si.

— Que tal si lo hubiera? Conocimientos más allá de lo que usted conoce.— El rubio comento ganándose una mirada de su compañero.

— Reiner.— advirtió Berthold pero este lo ignoro.

— Si tuviera la posibilidad de poder conocer mucho más allá de la medicina, lo haría?

Ori río entre dientes.

— Claro que lo haría! Todo por poder cuidar debidamente a mis pacientes y darles una vida digna.

Reiner asintió sonriente, Berthold se quedó callado a su lado viéndole fijamente.

— Oí, mocosos, largo! si no es de vida o muerte, fuera de aquí y limpien sus habitaciones.

Los soldados hicieron saludo a su capitán y se despidieron rápidamente de la doctora que simplemente les sonrió. Levi entro con una mueca y cerro la puerta dejándose caer en la silla para los pacientes cruzando su pierna y brazos.

— Tus nuevos soldados son muy curiosos.— Comento divertida.

— La palabra correcta sería molestos.

— Oh vamos, son tiernos.

— Todo te parece tierno.

— Eso es verdad.— asintió divertida cerrando el frasco de tinta morada que Erwin le había regalado.— No es que me incomode, pero...que haces aquí?

— No puedo venir a verte?

— Si, pero es raro.

— Me enteré que cumpliste años ayer.  Por qué nadie sabía eso?

— Oh, lo siento por eso. No me gusta celebrar mi cumpleaños.

— ¿Saliste con Erwin ayer por eso?

— Si, el insiste en no dejar pasar este día. Desde que nos conocimos.— Suspiro con pesar.— Es demasiado terco como para decirle que no.

— Debiste decírmelo antes, Nos enteramos hace unas horas y Hange está planeando una sorpresa de cumpleaños.— rodó sus ojos. Ori hizo una mueca.

— A que hora será? Si me apuro ahorita quizá me salve de que me vean cuando me vaya de aquí.

Ori se puso de pie tomando sus papeles y su bolso para salir por la ventana, pero fue detenida por Levi que la tomo de la muñeca.

— Por que no quieres celebrar tu cumpleaños?— Pregunto el con suavidad.

Ori suspiro y cerro sus ojos con fuerza.

— Compartía fecha de cumpleaños con mi hermano, solíamos celebrarlo  juntos. — Abrió sus ojos cristalizados y bajo la vista.— Cuando murió...yo dejé de celebrarlo, siento que no merezco estar feliz en un día como este.

— Eso es estupido.— Levi Musitó, Ori alzó la vista viéndole de mala manera.  Trato de alejarse de su agarre pero el tomo su cintura.— Después de todo lo que has pasado, creo que mereces ser feliz.

— Crees?

— No soy bueno expresándome, no me presiones.— Gruño haciéndole reír. Quitó un mejon de su cabello ocultandolo tras su oreja con delicadeza y descanso su mano en su mejilla.— Se que tú hermano estaría orgulloso de todo lo que has logrado. Mereces un descanso de vez en cuando.

Ella sonrió tomando la mano que tocaba su rostro y beso su muñeca para después abrazarlo con fuerza, Levi simplemente acaricio su cabello.

— Gracias.— susurró.— Pero la idea de irme por la ventana sigue en pie, no me gusta ser el centro de atención.

— Los mocosos están muy entusiasmados con la idea. Hasta Erwin puso cerveza para la ocasión.

— Pero tienen una misión mañana...

— Y una mierda, merecemos un momento de paz.

— Deberías tomar en cuenta tus consejos.— se separó para acariciar sus ojeras con cuidado.

— Lo haré, solo si tú estás conmigo.

Ori se sonrojo levemente.

— Estás muy romántico hoy.— Se burló, el bufo y la soltó para caminar hacia la puerta.— Oye! Estoy jugando, dormiré contigo si es a lo que te refieres.

Levi sonrió levemente sin darse la vuelta, y abrió la puerta.

— Baja ya, o tendré que arrastrarte al comedor. Procura actuar sorprendida.

Espero a que Orianna saliera de su consultorio y cerro la puerta por ella para tomarla del brazo y jalarla por los pasillos.

— Sorprendida ya estoy.— Levi rodó sus ojos irritado y Ori entre risas beso su mejilla.

— Ori...

— Nadie nos está viendo, tranquilo.— se alejo y peino su cabello nerviosa cuando estuvo fuera del comedor.— Como me veo?

— Te has visto mejor.

Ori soltó una carcajada al oírlo haciéndolo sonreír.

— Me alegra que seas sincero.— Peino nuevamente su cabello y suspiro.— Bien, aquí voy.

— Espera.

Ella volteo, y sintió como el con timidez acomodaba el cuello de su camisa y un mechón de cabello. Ori le observo entre sorprendida y enternecida.

Pronto el se alejo colocando ambas manos tras su espalda, asintiendo para que ella finalmente entrará al comedor.

— Gracias.

Levi asintio y Ori, calmando a su corazón abrió las puertas siendo recibida por un grito de jubiló y mucho escándalo.

— Felicidades Ori!— Hange chillo sobre una de las mesas lanzandose a abrazarla.

Orianna sonrió sintiendo la nostalgia golpearla de nuevo, por primera vez desde de la muerte de Ian, estaban celebrando sus cumpleaños.

Y cuando le trajeron una pequeña torre de galletas con una vela nueva para que pudiera un deseo, Orianna sonrió y apagó la vela con un simple soplido.

Deseando un feliz cumpleaños a su hermano en donde sea que se encontrará.

NO COPIAS NI ADAPTACIONES

MAJO

CapitánWhere stories live. Discover now