CAPÍTULO 22

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HOPE

-Hope -me llama Keith, pero yo no lo miro -, nena, debemos irnos.

-Lo sé -susurro porque la voz no me da para más.

Nos encontramos en el funeral de mi parte. He de decir que me ha puesto un poco contenta la cantidad de gente que ha venido a darle el último adiós a mi padre. Han venido un montón de hermanos del club, amigos y allegados de mis padres y por supuesto, familiares.

Todos se han acercado a mi madre y a mí a darnos el pésame, pero siendo sincera, a mí no me consuela mucho. Por suerte, Keith ha estado a mi lado todo este tiempo dándome apoyo.

El motorista me ha respetado en todo, sobre todo cuando le he pedido que me dé tiempo a solas en la tumba de mi padre, donde me he pasado horas. Me ha costado despedirme de él, y es que no me hago a la idea de que ya no está, y que no va a volver.

Keith se acerca a mí y entrelaza nuestros dedos, yo lo abrazo con mi mano libre. Él me da un beso en el pelo y nos quedamos así un rato.

-¿Vamos? -me dice Keith suavemente y yo asiento.

Nos separamos sin soltar nuestras manos y nos encaminamos a su furgoneta.

No digo ni una palabra en todo el camino, pero a Keith no le importa. Él ha sido muy paciente conmigo durante todo esto. Al llegar al club nos vamos directos a la habitación en silencio debido a que hemos sido los últimos en irnos del cementerio y ya es bastante tarde.

Aún sin pronunciar ni una palabra entramos a la habitación, yo voy directamente a ponerme el pijama y así meterme en la cama. Keith ya está metido en la cama y me observa mientras yo también me meto y me acurruco a su lado. Mi hombre me da un beso en el pelo y yo suspiro contenta. Y mientras me acaricia el pelo me quedo dormida.

Cuando me despierto Keith no está a mi lado, pero Jackson, que duerme a mi lado, sí que está. Sonrío levemente y me vuelvo a acostar. Cuando me despierto de nuevo mi hombre está entrando a la habitación con una bandeja llena de comida.

-Hola -susurro para no despertar al pequeño.

-Hola -me contesta en el mismo tono y luego dirige la vista hacía su hijo -quería estar contigo, sabe lo que ha pasado.

-Tranquilo, no me molesta -le digo -, es un niño encantador.

-Sí, lo es -dice orgulloso de su hijo.

-¿Qué tienes ahí? -le pregunto mientras señalo la bandeja.

-Oh, perdona, te he traído el desayuno -me dice ruborizándose levemente.

-¿Todo eso para mí? -pregunto sorprendida -¡Eso es mucha comida!

-No, no... He traído desayuno para los tres -me dice mientras deposita la bandeja en la cama.

La bandeja tiene de todo, zumo, café, tostadas, huevos revueltos, tortitas... En definitiva, un poco de todo.

Keith se sienta a mi lado y ambos empezamos a desayunar, yo me como los huevos revueltos con una tostada y café con leche, él come lo mismo junto con un par de tortitas. Desayunamos en silencio disfrutando la compañía del otro.

-Hola -saluda Jackson adormilado haciéndonos sobresaltar, si que es silencioso cuando quiere.

-Buenos días, campeón -le devuelve el saludo a su hijo.

-¡Comida! -exclama emocionado y se lanza hacía las tortitas.

-¡Jackson! -le regaña su padre y el niño se para -. No seas maleducado.

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