Capítulo 7. La primera despedida.

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- Yo ya te he perdonado. Entiendo perfectamente que no hayas venido. Últimamente te están dando muchos... Ataques... Hiciste bien en ir al Psicólogo.- Esther estaba preciosa, se había cortado el pelo antes de la maratón y llevaba puesto un vestido nuevo a cuadros verdes y blancos.

- Aún que tenga una justificación debí haber avisado. Lo siento Es...- Cuando llamé a Esther la noche anterior le dije que había ido a visitar al psicólogo aquella tarde. No es una gran excusa, pero funcionó.

- ¿Y cuándo dices que te vas al internado ese?

- El lunes.- Respondí sin darle mucha importancia.

- Me sigue pareciendo demasiado precipitado, pero si es lo que quieres te apoyo. El problema va a ser Andrés...

- ¿Por qué iba a ser un problema? Tengo la misma relación con él que contigo. Debería tomárselo bien.

- Adha por favor. Deja de hacerte la tonta. A Andrés le gustas desde el año pasado. Cada vez que te ibas de fin de semana no paraba de darme la chapa hablando de ti "es que es tan guapa", "¿se lo estará pasando bien?", "seguro que ya conoció a otro chico"...- Dijo Esther modificando su voz para imitar a Andrés. - Menuda pesadilla.

Ella tenía razón, y yo lo sabía. Pero no quería reconocerlo. Adoro a Andrés, pero no de la misma forma que él a mi.

- Es que... No quiero que nuestra relación cambie...

- Eso es inevitable, bebé... - Esther colocó un brazo sobre mis hombros.- Cuando un amor no es correspondido duele. Pero duele todavía más la incertidumbre. Así que habla con él. Es lo mejor.- Esther tenía razón, y eso era innegable, pero no quería aceptar esa responsabilidad. Esta mañana no conté con Andrés para ir al instituto. Me apetecía aprovechar estos momentos para estar con Esther.

Hoy es viernes, lo que significa que es mi último día de clase y, por lo tanto, la despedida está cerca. No quiero hacerlo, y estoy nerviosa, pero sé que es la decisión correcta.

- ¡Adha! Menos mal que estás bien...- Lucía se acercó corriendo para abrazarme.

Ya habíamos llegado a la entrada del instituto.

- Siento muchísimo lo de ayer.

- No pasa nada, pero ni se te ocurra repetirlo.- dijo Lucía guiñandome un ojo.

Entonces llegó Andrés acompañado de Marcos. Estaba serio, muy serio.

- ¿Dónde te habías metido?- Dice metiendo las manos en los bolsillos de la sudadera.

- Andrés... Tengo que hablar contigo.

Al escucharlo, levantó la cabeza y se acercó todavía más a mi.

- Bueno chavales, nosotros nos vamos para dentro. Nos vemos en clase.- Esther coge a Lucía y a Marcos de las manos y se van.

Ahora estamos solos, Andrés y yo.

- Habla.- Su pelo alborotado caía sobre sus ojos oscuros.

- Me voy a ir.

- ¿Qué? ¿A dónde? ¿Por qué?

- A un internado en Or... Orlando. Allí recibiré la ayuda que necesito.- Continué.

- Pero estás bien aquí. No te pasa nada.

- Andrés, sabes que eso no es cierto.

- Que no lo sea ahora no significa que no vaya a serlo en un futuro...- Al verlo tan reacio a la idea supe que no sería una buena despedida.

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