Capítulo XII

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Él se quedó pensando un minuto y después le respondió:

-Bueno, en un inicio fue por el escándalo que ocurrió en la cámara de lores... -dijo él más para sí mismo que para ella, mientras analizaba la pregunta que le hizo Eleanor.

-Eso ya lo sé, pero por qué yo

-¿Cómo que eso ya lo sabes? -en ese momento él se puso bastante serio.

-Me lo dijo mi hermano, pero no se preocupe, no se lo ha dicho a nadie más, me lo dijo a mí porque lo obligué

El marqués pareció tranquilizarse.

-Bueno entonces si ya lo sabes...

-Eso no responde mi pregunta

-Mmm... Bueno en realidad, ¿Cómo explicarlo? Tú ya debes saber que la reina me dijo que debía casarme si quería seguir siendo ministro

-Así es

-Bueno, pues después me llevó a un salón privado y me aclaró que no debía casarme con cualquier mujer, sino con una mujer noble, respetable y buena, y después de decir esto, me sugirió que casarme con usted sería una buena idea. Yo naturalmente me negué en un principio, porque sabía que yo a ti no te caía nada bien. Pero la reina luego me aclaró sutilmente que no era una propuesta, era una orden, bueno, si quería conservar el cargo

-Ya veo -dijo ella poniéndose una mano en la barbilla- ¿Pero por qué la reina lo obligó a casarse conmigo?

-Por como se desvivió en halagos para tu persona, supongo que es porque tú le caes muy bien

-Mmm... Creo que ella pensó lo mismo que todos, que me iba a quedar solterona y pues bueno... Me unió a un solterón para matar dos pájaros de un tiro -dijo Eleanor sonriendo.

El marqués empezó a reírse y le dijo:

-Creo que nunca en mi vida me habían llamado solterón

-Bueno, pues siempre hay una primera vez para todo y... ¿en cuanto a las otras razones que mencionó hace unos días? -dijo ella mirándolo mientras elevaba una ceja.

Entonces, él se acomodó en la cama.

-Debo confesarte, que cuando la reina me sugirió que me casara contigo, no pude evitar pensar... -él se calló, buscando las palabras adecuadas.

-Vamos, dígame -le instó Eleanor.

-Recordé el día en que te vi por primera vez, tú... me pareciste la mujer más bonita que había visto en mi vida entera -el marqués sin duda parecía nervioso al mencionar esto y a Eleanor eso no hizo otra cosa que provocarle una sonrisa tonta en el rostro, pero inmediatamente se aclaró los pensamientos para contrapuntearle.

-¿Si? ¿Se refiere al día en que usted me llamó imprudente y yo lo llamé estirado? Y que la misma reina tuvo que intervenir para que hagamos un pacto de paz

Él le sonrió de vuelta.

-Al parecer, tú recuerdas mejor que yo ese día, pero ambos lo recordamos de manera diferente

-Bueno, debo admitir que usted también me pareció algo simpático físicamente, ya sabe... algo buen mozo, pero en cuanto abrió la boca, hizo que hiciera un coraje como ningún otro

Ambos se rieron ante esta afirmación.

-Pues, tú nunca dejaste de parecerme bonita

-Si le parecía tan bonita entonces porque siempre se comportó, ya sabe, de esa manera tan... indiferente conmigo

-Porque yo en ese entonces consideraba que no podía darte lo que tú necesitabas

-¿A qué se refiere?

El marquésWhere stories live. Discover now