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Nadie dijo nada.

Mike fue el primero en romper el silencio, avanzando hacia la chica que nunca pensó que volvería a ver; la chica por la que había pasado el último año de luto.

—¿Eleven?

—Mike —jadeó El, abrazándolo con fuerza.

—¿Es...? —preguntó Max.

Lauren asintió—. Sí.

Mike se apartó—. Nunca perdí la esperanza. Te llamé todas las noches durante...

—Trescientos cincuenta y tres días —terminó Eleven—. Te escuché.

—¿Por qué no dijiste que estabas ahí? —preguntó Mike—. ¿Que estabas bien?

—Yo no la dejé —respondió Hopper, volviéndose hacia Eleven—. ¿Dónde estabas?

—¿Dónde estabas tú? —preguntó Eleven.

Hopper la abrazó mientras el rostro de Mike parpadeaba con traición—. La tenías escondida. ¡La has estado escondiendo todo este tiempo!

Empujó a Hopper, quien se volvió y agarró a Mike por la camisa—. ¡Oye! Hablemos. A solas.

Mientras Hopper arrastraba a Mike hacia una habitación vacía, Eleven vio a Lauren. Con una pequeña sonrisa, Lauren dejó caer el arma y caminó hacia la chica, atrayéndola en un abrazo. Eleven sollozó levemente mientras abrazaba a Lauren, quien tuvo que contener las lágrimas cuando sintió que Eleven apretaba sus brazos alrededor de ella.

—Hola, El —saludó Lauren suavemente, pasando una mano por su cabello—. Te extrañé.

—También te extrañé —dijo Eleven.

Eleven conocía bien a Lauren. El año pasado, cuando los chicos la encontraron mientras buscaban a Will, Lauren fue quien le prestó el vestido y la peluca rubia después de que Connor insistiera en que podían confiarle a su hermana su secreto. Afortunadamente, las dos terminaron formando una amistad poco probable.

—¿El? —dijo Connor.

Eleven sonrió—. Connor.

Connor corrió hacia adelante y abrazó a Eleven, con los ojos cerrados mientras trataba de no llorar. La había extrañado más de lo que le gustaría admitir, y aunque no estaba exactamente enamorado de ella como lo estaba Mike, Connor amaba a Eleven como a una hermana. Su desaparición el año anterior lo había golpeado más de lo que pensaba, por lo que volver a verla fue como ver a un fantasma resucitado de entre los muertos.

—Dios, te extrañé —dijo Connor.

—Yo también te extrañé —dijo Eleven, retrocediendo y extendiendo su mano.

Connor sonrió—. ¿Lo recuerdas?

—Sí.

Los dos hicieron un apretón de manos secreto. Lauren se rió mientras los veía realizarlo, feliz de ver a Connor sonreír de nuevo. Cuando terminaron, Dustin y Lucas saludaron a su amiga, formando una especie de abrazo, al que Connor se unió mientras se reían.

—Te extrañamos —dijo Lucas.

—Yo también los extrañé —respondió Eleven.

—Hablamos de ti casi todos los días —dijo Dustin.

Eleven lo miró por un momento antes de pinchar su boca—. Dientes.

—¿Qué?

—Tienes dientes —dijo Eleven.

—Ah —rió Dustin—. ¿Te gustan estas perlas?

Ronroneó y Eleven pareció un poco sorprendida. Lauren se rió—. Pensé que Steve te había dicho que no hicieras eso, Dustin.

GOLDEN | Steve HarringtonWhere stories live. Discover now