Mi amor no es ciego.

Capítulo 29

-¿Percy?

Sabrina entró al apartamento siguiendo a Emma. Se sorprendió al ver que era pequeño y apenas tenía lo básico para vivir. Tenía dos habitaciones: un salón que tenía una cama, un pequeño televisor, una nevera y un horno; además de un pequeño lavabo con un váter y una ducha. En realidad el piso podría ser acogedor, si se limpiaba y decoraba como debía ser.

-Menuda pocilga-comentó.

-Percy está trabajando todo el día para poder trabajar en su venganza y para comprar cosas para el niño. Dice que le da igual y se porta mal conmigo, pero en realidad creo que quiere al niño-dijo Emma enchufando la televisión.

Sabrina asintió no del todo convencida. Se sentó en la cama, que crugió bajo ella.

-No parece muy cómoda, pero en verdad sí que lo es-dijo Emma imitándola.

Sabrina tuvo miedo de que se rompiese, por lo que se levantó con la excusa de ir al baño. Cerró la puerta de la habitación y miró atentamente el lavabo.

-Esto es asqueroso-susurró.

Entonces vio algo en el suelo, detrás del retrete. Era un sobre que parecía tener bastantes cosas dentro. Iba a abrirlo cuando escuchó la puerta abrirse.