𝑨𝒖 (1) pt 2

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Aquí está la continuación del Au (1) parte 2:

• *Esta desde el punto de vista de Kenyo y Iroh*•

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Parte dos del mini Au (1): Tras entregarle la carta al General Iroh, Kenyo regresa a Ba Sing Se, dejando al pequeño Luagn bajo la tutela de su abuelo, el niño no confía en un principio en el extraño anciano amante del té, pero este hará todo lo posible por que su pequeño nieto se sienta en casa.

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-Te lo advierto...- jalo con fuerza parte de la coraza escarlata de su pecho- Si llegas a hacerle daño a mi hermana...

-No tengo ningún motivo para lastimarla, La amo y tal como tú, he jurado protegerla...- susurro en un tono amable pero firme.

Sin embargo él no bajó la guardia. seguía siendo un maldito asesino mientras hiciera fuego y portara el emblema de muerte.

-Jamás confiare en ti- le siseo- si no te he matado es por que ella me imploro que no lo hiciera, así que asegúrate de no hacerle daño de ningún tipo, por que créeme que lo lamentaras.

-Kenyo, Yo te puedo jurar que...

-No estoy interesado en tus adulaciones, así que ahorratelas- lo soltó y comenzó a caminar, pero no sin antes lanzarle una fría mirada de odio- De verdad que maldigo el día que te apareciste en la vida de mi hermana.

•••

Mientras iba en el dirigible que le llevaría de regreso a Ba Sing Se, Kenyo recordaba vagamente la única vez que interactuó con el bastardo de fuego, el padre de su sobrino.

El príncipe Lu Ten.

Irónicamente su hermana se había metido con uno de los descendientes del causante de la guerra de cien años: el señor del fuego Sozin.

De verdad que Katsumiko tenía un talento especial para meterse en problemas.

Lastima que no estuviera aquí para reprocharselo.

-Hay Katsumiko... mira nada más en que nos has metido...- dijo en voz baja mirando el piso con pesar.

Hace menos de una hora que había entregado la carta al General Iroh y este se había llevado a su pequeño nieto, su sobrino Luagn.

Quien estuvo muy asustado al saber que no regresaría con él, que se quedaría de ahora en adelante con el viejo general.

El intento impedirlo, pero dado que al parecer su hermana le había otorgado la tutela del niño a través de la carta, no pudo hacer mucho.

Sin embargo el viejo general prometió que lo cuidaría mucho y le daría todo lo que necesitara, y si él quería visitarlo, podría hacerlo, puesto que al parecer tenía una tienda de té en la ciudad y era donde actualmente tenía pensado pasar sus últimos años de vejez.

Aun que por un tiempo residirian en la capital, para ayudar al nuevo gobierno.

El niño ahora formaba parte de la familia real de fuego.

Ahora era el príncipe Luagn.

Eso le había dicho el señor del fuego Zuko, antes de que se marchara, al igual que con su familia materna, Zuko reintegraia a Luagn en el árbol genealógico, aún si no era un hijo nacido en matrimonio, llevaba sangre real y era la descendencia de su querido tío.

༺°𝘼𝙏𝙇𝘼 𝙎𝙃𝙊𝙏°༻Where stories live. Discover now