𝕻𝖗𝖔𝖑𝖔𝖌𝖔

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"Se necesita más que solo palabras bonitas para mantenerse cuerdo"

—Xiao Xiansheng.



Dentro del mundo, cada persona tiene un rol que cumplir dentro de la sociedad, algo que los define, los diferencia de los demás. Algunos roles se desempeñan en la superficie, mientras que otros suelen ser clandestinos.

Aquellos destinados a una doble vida, deberán luchar más que la mayoría para sobrevivir, pues no hay salvación para los que desafían al infierno por su propia mano.

Al caer la noche, la actividad clandestina sale a la superficie, convirtiéndose en una rutina que transmite aquella dosis de adrenalina y serotonina que el ser humano y su codicia puede necesitar. El disfrute llevado al éxtasis se define en diferentes categorías, a plena luz del día, disfrazado de negocio común, se encuentra el diablo, ofreciendo la entrada a cualquier pecado capital que el humano desee. Avaricia, gula, lujuria, envidia, pereza, soberbia e incluso ira; nombre su pecado y en segundos se le dirigirá hacia allá. Ese es el "Palacio de las maravillas negras", el casino de Liyue, diseñado con la única intención de embriagar a aquellos que lo deseen y estén dispuestos a pagar el precio por ello.

Al otro lado de la ciudad, se encuentran las puertas del cielo, el tan llamado "Jardín del Edén". Como la naturaleza de su nombre lo indica, el enemigo de Liyue, Mondstadt, un casino en donde se disfruta sin la necesidad de caer en depravación, pero posee sus puertas igual de manchadas o incluso peor. Albergaban secretos que no cualquiera podría tolerar, manipulaba la frágil mente de los jóvenes a la luz del día para engullirlos vivos al caer la noche. Aquel jardín maldito era regido por múltiples cabezas, fijando una como imagen pública y las demás vivían de manera incógnita.

Al igual que en Liyue, la gente dentro de Mondstadt tenía una vida fuera de esta, pasaban sus días de manera pacífica evitando levantar sospecha alguna respecto a su identidad, a lo que se dedicaban realmente. Muchos eran estudiantes, empresarios, personas con poder político o monetario, becados, personas de futuro brillantes, algunos sobresalían mientras que otros se mantenían al margen con un perfil bajo. El peligro se encontraba entre la sociedad, un camuflaje perfecto y la oportunidad de poder arrastrar al edén o inframundo si así se deseara.

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—¡Vamos Ann! Puede ser divertido— La sonrisa del joven azulino y su entusiasmo se hacían notar por toda el aula.

—Por última vez Venti, no pienso acompañarte a Mondstadt, si quieres ir, ve solo. —Sentencio la castaña para callar al ojiazul que le insistía aun sobre aquella salida que por dentro sabía que acabaría mal.

—No seas una aguada, sé que no tienes nada mejor que hacer y temes por mi salud así que al final me acompañaras. — Confeso el chico, sentándose por fin en su lugar.

Al otro lado del aula, en el aula de laboratorio se hablaba de la competencia, Liyue. Un cambio radical de ambiente.

—Albedo, ¿Tú has oído acerca de Liyue? — El rubio miro extrañado a la joven de la cual provenía aquella pregunta, sus orbes avellana se cruzaron con azules zafiros del chico por un breve momento, haciendo que su mirada cayera a los apuntes de su libreta, como si estuviese examinado las fórmulas de manera metódica y profunda mientras esperaba la respuesta de su acompañante respecto a la pregunta antes formulada.

—Un poco, como todos los demás. ¿Te atrae? — Dijo el chico mientras corregía los cálculos hechos en su libreta.

—No mucho, no soy alguien a quien le llame la atención ese tipo de actividades. —Por alguna razón, el rostro del rubio se tranquilizó.

ℂ𝕣𝕚𝕞𝕤𝕠𝕟 𝕤𝕚𝕟𝕤Where stories live. Discover now