UNO

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-Haru.- La voz de mi compañera me devolvió a la realidad. A la fría clase en la que estaba sentada junto a mis amigas. Mi mente estaba muy lejos de allí, en la novela que me había quedado hasta las 3 leyendo, en esos mundos de fantasía en los que tanto me gustaba sumergirme para olvidar la cruda realidad. Lugares donde cualquier cosa era posible, habitados por seres irreales con habilidades especiales que sólo existían allí y que le hacían la vida más fácil.

-La clase ha terminado.- Pronunció con algo de veneno. Todos los de la fila me estaban mirando, esperando a que me levantase para poder salir de allí.

-Perdona.- Me excusé levantándome y echándome a un lado para que saliesen. Dejé mis cosas en la mesa y me volví para recogerlas una vez todos salieron. Aquellas mesas eran el demonio. Seis sillas pegadas al banco de detrás, y evidentemente, sin sitio para pasar si había alguien sentado.

-¿Vamos a Jeremy's a tomar algo?- Propuso Iris mientras salíamos de clase. Eran las 9:30 de la noche, los últimos en salir de la facultad, no quedaba nadie más que la gente de mi clase y el pobre profesor adjunto al que le habían puesto sus clases a estas horas. Estaba terriblemente cansada, lo último que quería era continuar fuera de casa cuando había salido de ella a las 8 de la mañana y aún no la había vuelto a pisar. La facultad de medicina y sus horarios de esclavos del siglo XVI.

Mis amigos aceptaron, tal y como esperaba, a pesar de ser chicas excelentes, nunca rechazaban la oportunidad de salir a tomar algo hasta una hora prudente.

Negué excusándome levemente de que estaba cansada, nada lejos de la realidad. Por suerte mañana no teníamos clase de mañana.

Me despedí de ellas y puse rumbo hacia mi piso, en dirección contraria a la que ellas se alejaban. Era finales de octubre y el tiempo ya comenzaba a enfriarse. Llovía levemente y no me importó que se me mojase el pelo, mañana me tocaba lavarlo.
Mi mochila pesaba sobre mi espalda que aparte de con el portátil y un libro, cargaba con las diez horas de clase y apenas 5 horas de sueño. Estaba concentrada en mis pies, pisando las baldosas de la antigua calle, evitando los pequeños charcos de agua que se empezaban a formar. El lugar estaba oscuro, una farola cada cinco portales iluminaban la zona, y apenas me quedaban dos cientos metros para llegar al mío. La calle se encontraba vacía o eso creía cuando alguien se cruzó frente a mi y nuestros hombros chocaron. No me giré, y quizás ese fue mi error, mi cabeza ya estaba tumbada en mi almohada, con el pijama puesto y el peso que cargaba fuera de mí.

Sentí un tirón brusco y mi espalda impactó contra la pared de uno de los portales. Un agarre fuerte en el cuello de mi sudadera y una mano alzada empuñando un cuchillo fue todo lo que podía ver. El resto era sombra. Por la complexión o quizás por lo que sucedía supuse que era un hombre. Me sacaba una cabeza por lo menos y mi cuerpo se petrificó al instante. Me iba a matar, o peor, me iba a violar y luego a matar. ¿Por qué no había ido con ellas? ¿Por qué no había accedido al plan? Luego habría vuelto con ellas y esto no estaría sucediendo. 

Todos los escenarios posibles y alternativos a este pasaron por mi mente. El forcejeo, el filo del cuchillo desgarrarme, la sangre salir de mi cuerpo a borbotones y el suelo frío bajo mis mientras la lluvia no dejaba de caer como si nada hubiera sucedido.

La idea de gritar apareció pero mi boca se mantenía abierta, seca y silenciosa. Mis ojos no se desviaban del cuchillo inclinado peligrosa hacia mí y que casi podía sentirlo hundirse en mi piel con violencia. Pero sin esperarlo, como si hubiese sido una imaginación, el arma desapareció y parpadeé perpleja. El desconocido soltó su agarre y echó a correr. Mi pecho subía y bajaba y dejé caer mi cuerpo sobre la pared, llevando una mano a mi pecho intentando tranquilizarme.

Me asomé por fuera del cubículo, girando la cabeza hacia ambos lados para ver si seguía allí. No fue un acto muy inteligente por mi parte pero al no verlo por ningún lado me relajé un poco. Salí de allí corriendo, temiendo que me esperase en algún portal pero no fue así. Saqué las llaves de mi bolsillo y la mano me tembló, mojada con gotas de lluvia tardó unos segundos eternos en entrar en la cerradura. Me adentré en el portal y corrí hasta el ascensor. Una vez dentro marqué el número del piso y miré las puertas de este como si las fuese abrir justo antes de que lograsen cerrarse. 

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⏰ Last updated: Sep 21, 2021 ⏰

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Dos mundos (Chrollo Lucifer x OC)Where stories live. Discover now