Capítulo 22

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Ella se acurrucó contra mi en la cama. La abracé suavemente para no aplastarla. No sabía cómo, pero ella siempre aparecía cuando la necesitaba. Su voz y la suavidad de sus caricias eran como un bálsamo para mi.

- ¿Estás más tranquila? - preguntó mientras recostaba su cabeza en mi pecho.

Sonreí.

- Si, eso creo.

- ¿Quieres hablar de ese "creo"?

Suspiré pesadamente.

- ¿Se puede enamorar de alguien a quien no has visto en dos meses?

- Si, seguro. El amor no está en la imagen, sino en los recuerdo. Cada vez que la piensas, te enamoras más de ella.

Gemí de frustración.

- ¿Y si papá no está de acuerdo?

- Marco nunca está de acuerdo, pero yo le hago pelea. Tu tranquila.

Reí con ganas, pero cuando una idea cruzó por mi mente, fruncí el ceño.

- ¿Y si decidiera buscarla? ¿Me ayudarías con papá?

Soltó una risita.

- Oh, si. Además el entendería.

- ¿Cómo lo sabes?

- Ustedes dos son iguales, cariño. Un par de Manoban cortados por la misma tijera. Cuando quieren algo ni siquiera tienen que luchar para saber que lo van a conseguir - me dio un beso en la mejilla -. Duerme un poco.

Resultó que esa noche durmiendo con mamá me permitió descansar plena y completa. Al despertar en la mañana, ella había preparado un sencillo pero delicioso desayuno, tortitas españolas, fresas cocinadas con vino y un jugo de naranja recién preparado. Lo devoré todo con ganas mientras ella me observaba complacida.

- ¿Está rico? - preguntó ella.

Mastiqué lentamente un pedazo de la tortita española. Asentí. Está buena. Cuando terminamos de desayunar nos fuimos directo a Industrias Manoban. Mamá quería darle la sorpresa a papá y por mi mente paso la idea de que "hablaran de cosas importantes" en la oficina. Ya claro. Como si yo tuviese aún seis años y no supiera nada de sexo.

- ¿Cómo piensas encontrar a Jennie, Lis?

Sonreí. Bueno, cuando mamá me llamaba Lis se me formaba un zoológico entero en el pecho de emoción.

- No lo sé. No tengo la más remota idea de a donde pudo haberse marchado.

- ¿Le has preguntado a su madre?

Asentí mientras salía del estacionamiento subterráneo del departamento.

- Se le ocurre que pudo haber ido a Estados Unidos o a Jeju.

- Estados Unidos... ¿Por qué Estados Unidos?

- Ella nació allí. Según me dijo Seo Ye-Ji, James le dijo a la madre biológica de Jennie que se fuera de San Francisco. Supongo que ha de haberse ido cuando planeó el secuestro de tía Nayeon y todo lo demás.

Mamá se removió en el asiento, inquieta.

- ¿Y Jeju?

- Cuando la madre biológica decidió dejar de visitar a James en la cárcel se mudó a Jeju. Seo Ye-Ji dice que Jennie ama aquel lugar, porque representa la primera gran felicidad en su vida, la adopción que la alejó de una mala vida.

Bufé.

- Y resulta que está huyendo de eso.

- Lisa, no la juzgues tan duro. Tu padre tampoco tuvo una buena infancia que recordar e igualmente huyó de eso - observé por el rabillo del ojo y noté que sonreía -. Fue el amor lo que lo sacó de las sombras.

Mil vidas junto a ti - JENLISA (G!P)Where stories live. Discover now