Destinados Hasta La muerte• Hankisa•Adaptacion•Terminada

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—Está todo listo— afirmó Izana Kurokawa en la sala del pequeño departamento de Kisaki —lo que me preocupa es que el chico vive solo y temo que alguien reaccione a sus feromonas e intente entrar.

—No me dejas tranquilo con eso Izana— reprochó Hanma caminando de un lado a otro.

—Tampoco estoy tranquilo, pero no podemos quedarnos aquí para cuidarlo, estamos invadiendo su espacio personal.

—Lo estamos ayudando— corrigió Hanma —a el tonto le dio el celo en plena escuela y no tenía supresores, no creo que podamos dejarlo solo.

—Sí podemos, ya tomó su supresor,  no tienes que preocuparte, cuando el supresor empiece a hacer efecto el olor a feromonas desaparecerá un poco y si cerramos con llave la puerta a lo hora de salir y luego devolvemos las llaves por debajo de la misma creo que no le pasará nada a tu omega.

—Ok, entonces salgamos de aquí lo más pronto posible o me volveré loco.

Izana sonrío para sí mismo. "No lo negaste", pensó.

Habían pasado ya once días desde su encuentro con el omega y Hanma no lo había vuelto a ver, a pesar de que acompañaba todos los días a Draken a ver a Mikey al club de baile, no había rastro del joven omega que lo había vuelto loco, aún podía recordar su olor y la calidad que su celo-

Muchas veces, con el temor de que le hubiera pasado algo al omega caminaba hasta el departamento donde lo había llevado junto con Izana aquella vez, pero nunca se atrevió a tocar.

Ya sea miedo o vergüenza, jamás lo entendería deseaba volver a verlo y al mismo tiempo no.

Tenía miedo de que su curiosidad por el omega aumentará y empezará a confundirlo  con algo más, algo que no era posible porque estaba enamorado de Draken, además había ganado un rango alto en la sociedad al ser alfa como para tirar todo a la basura por un simple omega.

Pero Kisako no era un simple omega, para nada, lo supo cuando lo volvió a ver por los pasillos de la escuela, kisaki no era un simple omega, porque era su omega, suyo y de nadie más.

Su lobo ya lo había reclamado desde aquel momento. Su alfa lo deseaba.